Nota del Editor: El siguiente artículo fue escrito por Marlene Proskawer Espinosa, coordinadora Académica de la Licenciatura en Lenguas Extranjeras y la Maestría en Interpretación y Traducción de la Universidad Madero Puebla.
Desde 2006, ha realizado investigaciones relacionadas con el fenómeno migratorio México-Estados Unidos en circuitos migratorios en las ciudades de Atlanta, Nueva York, Washington, D.C. y Tulsa, así como en comunidades migrantes de Puebla como San Agustín Calvario.
Sin duda, Puebla es uno de los estados con mayor número de comunidades migrantes en el país.
A través de los años, hemos visto el crecimiento de circuitos migratorios poblanos en diversos estados de la Unión Americana, el más conocido, por supuesto, el ubicado en la ciudad de Nueva York, que ha dado origen a personajes como el Rey de la Tortilla, extensa literatura, documentales, películas e, incluso, una obra de teatro denominada “Puebla York”.
Las razones del por qué nuestros paisanos siguen emigrando en busca del siempre nombrado “sueño americano” son muchas, pero principalmente de carácter económico.
Sin embargo, lo que se pretende discutir en este breve artículo más allá de las causas, son los efectos, los cuales podemos categorizar principalmente en dos rubros:
Económicos
No solamente en Puebla, sino en todo el país, las remesas se han convertido en uno de los más importantes recursos económicos, ubicando a México como uno de los países que más fondos percibe de sus ciudadanos en el extranjero, solamente por debajo de China.
El impacto de las remesas se observa en el crecimiento de comunidades migrantes, en las cuales se construyen o amplían casas, se pavimentan calles, se remodelan escuelas, se compran terrenos, tractores y maquinaria para labrar el campo y se contrata gente que lo trabaje, es decir, la comunidad de origen de los migrantes mejora y su estilo de vida también, al contar con más recursos y servicios.
Sociales
Sin embargo, en busca de esa mejora económica, las familias se desintegran, los hijos crecen sin padres y después “los alcanzan”, dejando comunidades de mujeres solas que son vulnerables al abuso.
Sin hombres, no hay quien trabaje el campo. Sin padres unidos, los hijos crecen carentes de disciplina, carentes de ejemplos a seguir y, aún más preocupante, carentes de principios y valores, lo cual los hace vulnerables ante el crimen organizado.
Cuando ambos padres migran, las figuras de autoridad son los abuelos y, si los padres regresan, se vive una confrontación por la autoridad que genera más conflicto y distancia intrafamiliar.
Entonces, ¿Cuáles son los efectos de la migración sobre la sociedad poblana? Como podemos ver, unos son de carácter positivo y otros de carácter negativo. La pregunta es ¿A cuáles debemos darle prioridad?