Los aspectos político, económico y social son algunos de los factores que inciden en la sociedad para aumentar sus niveles de violencia y se lleguen a cometer homicidios, asegura María de Lourdes Carrillo, socióloga y doctora en psicología del Instituto de Estudios Universitarios (IEU).
En entrevista con Poblanerías en línea, refiere que una investigación hecha por el doctor César Cisneros en 2011 sobre movimientos sociales e investigación cualitativa, señala que cuando se sufre de un cambio de partido político en las posiciones de autoridad se presenta un “estado agobiador”.
La experta explica que para muchos, el cambio pudo haber sido una apertura democrática; pero para otras personas, representa algo muy drástico.
Agrega que con esa modificación estructural, también varían las formas de ejercer el poder; de modo que, afirma, México se ha convertido “en un botín” y ha surgido una clase política voraz que no encuentra limitaciones.
Vemos que estos cambios traen aparejados asuntos como desempleo, como el temor de la clase más vulnerable económicamente a perder su poder adquisitivo y entonces, este contexto puede llevar al homicidio. Al no ver ya limitantes, al ya no ser reconocidos, al cambiar la impunidad, oímos que los peores delitos se cometen y no pasa nada”.
Medios de comunicación tienen un papel importante
Añade que ante todo esto, las personas se aterran pero también conocen nuevas formas de violencia y para eso, los medios de comunicación juegan un papel importante.
Un crimen, un homicidio que es descrito con todos su pormenores, está haciendo escuela. Si a mí me dicen que una señora envenenó a su esposo poniéndole a la gelatina anti-congelante, pues ya me están dando ideas”
“(Los medios) desdoblan esa violencia. Sabemos que hubo un ejecutado y las imágenes son terribles. Vamos transitando por la ciudad y de repente, en el puesto de periódicos vemos imágenes grotescas y aquí el elemento más alarmante es que la gente está demandante a ese tipo de imágenes”.
“Antes era el chisme el que hablaba de la cotidianidad, pero ahora a través del morbo nosotros nos evadimos de la violencia que se genera en nuestros espacios privados y vamos hacia los espacios públicos, frente a la violencia que se magnifica”.
Tener principios, fundamental para evitar la violencia
Carrillo considera que una parte fundamental para evitar que la violencia incida en la sociedad está en el tener principios y “valores correctos”; pues cada sociedad, cada cultura, interpreta los principios a su manera particular.
¿Qué pasa, por ejemplo, con el bullying? Y aquí es una paradoja más. La institución, los maestros, los directivos, proponemos atender a quienes fueron victimizados; pero nadie se preocupa por el agresor. Mientras no se haga ese ejercicio, ¿Cómo vamos a detener la violencia?”
“Cuando oímos de víctimas, las victimizamos por segunda vez; porque si no dicen: bueno mataron a la mujer, pero la mataron porque era prostituta. Yo invito a la gente a que reflexione, nadie merece una muerte violenta”.
Ante ello, la experta invita a que se consulte el violentómetro, un instrumento del Instituto Politécnico Nacional que mide los niveles de violencia que se pueden llegar a sufrir y evitar un homicidio.
En el violentometro vemos que cuando alguien se niega a mirarnos, cuando alguien no nos saluda, cuando nuestra pareja tiene acceso a nuestra cuenta de correo electrónico o Facebook, pero lo hace con fines de estarnos vigilando, eso es violencia y en esta escala encontramos muchos grados y en el más alto está el homicidio”.
Escucha la entrevista con María de Lourdes Carrillo
POB/GACC