¡Cómo se atreve el gobernador de Puebla a “cumplir” con la recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos cometiendo nuevamente violaciones graves a los derechos humanos!

Un comando de agentes estatales y ministeriales a bordo de 14 vehículos sin logotipo ni placas incursionó el sábado 18 de Octubre a las 3.55 horas, en San Bernardino Chalchihuapan.

Vestidos de negro, con pasamontañas y armas largas, los policías rompieron puertas, chapas, ventanas y mobiliario. Con golpes patadas y empujones, encañonaron a los habitantes, entre los que se encontraban niños mujeres y ancianos y se llevaron a cinco de los habitantes de la comunidad, sembrando el pánico.

El operativo, en el que intervino el grupo antimotines de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, se llevó al cabo rápidamente. En menos de 15 minutos allanaron seis domicilios. Todo ello sin presentar ninguna orden judicial.

¡Cómo se atreve Rafael Moreno Valle a burlarse de los poblanos y especialmente de Elia Tamayo Montes, madre del niño asesinado por sus subordinados!

La CNDH le instruyó que pidiera disculpas a las víctimas por las graves violaciones a sus derechos humanos ocasionadas por el uso excesivo de la fuerza policiaca.


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Desde luego que todos sabíamos que por la soberbia que lo caracteriza, nunca lo haría. Pero esperábamos un poco de sensibilidad y, si se quiere, hasta de actuación al estilo televisa.

En lugar de ello comisionó a un empleado de tercera, Joaquín Montiel Rodríguez, para que les enviara memorándums a los afectados, incluido el de la madre del menor asesinado por la policía a sus órdenes. Decía el texto burocrático: “LO invitamos a un evento”. El que se celebraría horas después en el salón Oriental del Centro de Convenciones. También se les informaba que habría un pago económico por las graves violaciones a sus derechos, para lo que se constituiría un fideicomiso público “revocable” para reparar el daño.

Ante esta nueva burla y falta de sensibilidad, las víctimas decidieron por dignidad no asistir y desairar la ofensa del mandatario poblano.

¡Cómo se atreve Rafael Moreno Valle, en cumplimiento de la Recomendación, amonestar y multar a su Secretario de Seguridad Pública, Facundo Rosas, quien siempre estuvo (hasta físicamente) al frente del operativo que cometió el asesinato del menor y las graves lesiones a varios de los manifestantes!

Este apoyo excesivo sólo ha propiciado que la opinión pública señale que lo hizo para que Facundo no declarara que actuó cumpliendo las órdenes del gobernador.

Incluso la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional exigió no sólo la renuncia de Facundo Rosas, sino también su consignación ante las autoridades correspondientes por su responsabilidad en el asesinato del niño José Luis Tehuatle Tamayo, así como el  señalamiento de que fue una falta de respeto y una burla el cumplimiento de la recomendación. Por ello demandó que la CNDH tuviera por NO cumplida la recomendación y turnara la investigación a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Ante ello Moreno Valle montó en cólera e instruyó a dos de sus incondicionales para que atacaran a la dirigente del partido, Isabel Allende.

Pablo Rodríguez Regordosa tuvo la “brillante” idea de usar su cuenta de Twitter para revirar el señalamiento y pedir las renuncias de Osorio Chong, Eruviel Avila y Enrique Peña Nieto. Vaya reacción.

Por su parte el diputado Jorge Aguilar Chedraui cumplió con las instrucciones y dijo: “Con qué autoridad moral y política Isabel Allende pide renuncias y consignaciones cuando en el caso de Tlatlaya, el Gobierno Federal es responsable de muchos muertos y no se ha castigado a los responsables”. ¿Sabrá el gobernador lo que significa su acusación al Ejército y al Presidente?

Algunos periodistas consideran que en situaciones como las que vive el país en estos momentos, provocaciones como la ocurrida la madrugada del sábado pudieron ser inducidas por infiltrados en el gobierno para iniciar un nuevo incendio político en la República. Que es impensable por lo absurdo, que el gobernador Moreno Valle se encargara de echar gasolina al fuego (Gabriel Sánchez Andraca, dixit).

Otros consideran que el problema de Rafael es del espíritu, de su espíritu, que tiene una ambición enorme de poder y de dinero, pero también de miedo, tiene miedo, mucho miedo. Por eso es que su forma de actuar provoca que todos a su alrededor actúen con miedo, le tengan miedo. Claro que hay excepciones en los que él reconoce como superiores: Elba Esther Gordillo en su momento, o los Presidentes de la República, o algunos secretarios de Estado. (Aurelio Fernández, dixit)

Otros consideran que el gobierno de Rafael Moreno Valle raya en la locura y por eso mantiene en la zozobra a todos los poblanos. Lo apuntan Ricardo Jiménez Ávila y el Movimiento de Alternancia Social.

Sólo el lector, después de analizar las acciones del gobernador de Puebla, podrá emitir su veredicto: ¿Qué diablos le pasa a Rafael Moreno Valle Rosas?

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POB/GACC