Revolución-MexicanaPara Oscar Guillermo Walker Sarmiento, catedrático de la licenciatura y posgrados en Educación por el Instituto de Estudios Universitarios (IEU), la Revolución Mexicana se encuentra “interrumpida”.

El historiador de profesión dice a Poblanerías en línea que este calificativo, acuñado por su homólogo Adolfo Gilly, puede constatarse porque el país aún está en busca de cristalizar la meta de justicia social planteada hace 104 años.

Propiamente, el proceso revolucionario como se presentó de 1910 a 1920, no está presente con los enfrentamientos armados que definen la trayectoria de la Revolución Mexicana; pero es una revolución en la cual, sus propósitos no se han cumplido tal y como se habían planteado en esa época”.

Entre los objetivos revolucionarios truncos enlista la distribución equitativa de la riqueza, la participación legítima de los mexicanos en las elecciones y la representatividad real de los gobernantes.

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Reconoce que han existido avances y aprobaciones legales importantes en estos temas; pero opina que aún hace falta mucho camino para consolidar los niveles ideales de igualdad económica y democracia.

Retrocesos en ejidos y sindicatos

Al plantear el tema de los ejidos y la reforma agraria, Guillermo Walker apunta que en términos revolucionarios, fue un retroceso que a partir del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, se permitiera la venta y traspaso de terrenos ejidales.

Sin embargo, apunta que se trató de una medida necesaria; porque no existía capacidad de tecnificar el campo, al encontrarse dividido en pequeñas parcelas.

Por otra parte, consideró la desaparición de los sindicatos –como ha ocurrido a lo largo del tiempo– un regreso histórico; porque su presencia sí significó beneficios para la clase obrera.

En ambos casos, el experto confió en que las estructuras económicas actuales deriven en medidas que mejoren la distribución de la riqueza.

Reelección, un arma de doble filo

Sobre la reelección, el historiador subraya que se trata de un arma de doble filo y destaca que el estandarte de Francisco I. Madero, el “sufragio efectivo, no reelección”, fue producto de un mandato de más de 30 años de Porfirio Díaz.

No obstante, opina que el problema no se encuentra en cuántos años dure un gobernante sino en cómo ejerza su autoridad durante ese tiempo y en que la elección sea producto del deseo popular y no de un decreto.

En el caso de las reelecciones, yo creo que aquellos presidentes o diputados que demuestren que están haciendo su trabajo de manera adecuada, desde mi perspectiva (para repetir en el cargo). El problema es que luego el poder se perpetua y eso también tiene consecuencias”.

México, ¿ante una nueva revolución?

En este contexto, Oscar Guillermo Walker Sarmiento es cuestionado sobre la situación de violencia actual en el país, el entorno de protestas y la posibilidad de que México pudiera enfrentar una nueva revolución.

 

POB/GACC