Japón ha entrado en recesión, la última grieta que asoma la frágil economía mundial.
El descalabro en Asia sobreviene inmediatamente después de que los datos arrojaran que gran parte de la zona euro se estanca.
¿El mundo está al borde de una nueva crisis?
Una desaceleración sorpresiva en el tercer trimestre empujó a la tercera mayor economía del mundo al hoyo de la recesión.
El Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo en 1.6% anual en el trimestre que finalizó en septiembre, un resultado mucho peor que la expansión de 2.2% esperada por los economistas.
Japón está en aprietos: sus ruedas patinan a pesar del estímulo masivo bombeado a la economía por el banco central. Abrir los grifos fiscales no es una opción pues el país ya cuenta con la deuda gubernamental más alta del mundo.
El malestar europeo: Hay pocas razones para celebrar en Europa. Aunque Alemania evitó una recesión en el tercer trimestre, las cifras más recientes muestran que la economía de la zona euro de 13 billones de dólares se ha quedado atascada en la primera marcha.
El alto desempleo, el elevado endeudamiento y la falta de inversión continúan frenando a la región. Y luego está el riesgo de deflación, o por lo menos un período prolongado de inflación muy baja. Eso alimentará la cautela de consumidores y empresas y podría condenar a la región a años de estancamiento.
Crisis de commodities: La demanda de materias primas nos permite saber qué tan confiados y seguros se sienten los inversionistas con la economía mundial. Y una reciente caída en los precios de los commodities refleja un panorama sombrío.
Los precios del petróleo se han desplomado 24% este año a alrededor de 75 dólares el barril, la ansiedad ante la frágil recuperación europea y los temores geopolíticos disuaden a los compradores.
Mientras tanto, los precios del hierro –un ingrediente clave del acero– se han desplomado 40% luego de que China retirara el pie del acelerador. Durante años, la potencia económica se ha desacelerado y el mes pasado el país reportó su peor crecimiento trimestral en más de cinco años.
Los mercados emergentes: La desaceleración de China augura problemas para una serie de mercados emergentes ricos en materias primas, sobre todo Brasil. El crecimiento allí ha colapsado y el FMI anticipa una expansión de sólo 0.3% este año.
Turquía es otro país emergente en problemas, las luchas políticas internas y la guerra en su frontera merman la confianza.
Los riesgos geopolíticos: La guerra en Siria e Irak es sólo uno de los factores. En medio de nuevos enfrentamientos en Ucrania, las tensiones entre Rusia y Occidente aumentan de nuevo. Las autoridades europeas se reunieron de lunes para considerar añadir más personas a su lista de sanciones.
La economía sigue estando a la espera de que los líderes de las potencias tomen acciones contundentes, desgraciadamente las acciones serán las “políticamente correctas” y no las que la economía necesita.
POB/GACC