Los factores en contra de la economía mexicana se acumulan y de continuar esta tendencia 2015, será el tercer año consecutivo en que los pronósticos gubernamentales de crecimiento sean derribados.

La tendencia bajista en los precios del petróleo y la incertidumbre generada por la normalización de la política monetaria de Estados Unidos, se suman a un mercado interno debilitado que puede frustrar las metas de crecimiento.

La baja en el precio del petróleo puede afectar de manera muy importante las finanzas públicas en 2016. Además, el cambio de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) con el alza de tasas va a promover una salida de capitales que va a depreciar más al peso y con ello se puede decir que el crecimiento económico de México será de 3%, debido principalmente a la debilidad del mercado interno.

Pero para organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Producto Interno Bruto del país puede crecer en un rango de entre 3.2 a 4.2% al cierre de 2015, como lo ha pronosticado la Secretaría de Hacienda.

Los analistas coinciden en que el gasto de los consumidores mexicanos sigue estancado por las débiles expectativas sobre el futuro económico y la desconfianza generada por los recientes conflictos sociales y temas de corrupción.

En la última encuesta sobre la confianza del consumidor de Banco de México y del INEGI la expectativa sobre la situación económica del país dentro de 12 meses cayó 2.49% anual.

La impresión es que las fuerzas depresivas son más fuertes que las expansivas, otra cosa que inhibe el crecimiento es la desconfianza y el problema de corrupción que se hace cada vez más evidente.

Los especialistas coinciden en que el crecimiento de Estados Unidos será uno de los principales factores que impulsarán a la economía mexicana debido a una mayor demanda de productos mexicanos, principalmente manufactureros.

No obstante, la necesidad de mejorar la situación de Estado de Derecho y la necesidad de crear el Sistema Nacional Anticorrupción, es un tema que se debe atender porque el potencial de crecimiento va a seguir siendo bajo a pesar de las reformas.

En medio de la caída de los precios del petróleo y la depreciación del peso frente al dólar puede haber sectores beneficiados como el automotriz que será impulsado por un mayor demanda estadounidense que ha visto una caída importante en los precios de la gasolina.

Por lo que los estados del Bajío como Guanajuato y Querétaro podrán ser algunos de los beneficiados.

Sin embargo, los encargados de decidir las inversiones son poco optimistas: ven que la economía crecerá entre 2.5 y 3% en este año.

 

POB/GACC