Por lo menos 16% de los seis acuíferos existentes en el estado de Puebla está sobreexplotado y el de Tecamachalco presenta un déficit grave, señaló Carlos Patiño Gómez, catedrático del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).

agua1En entrevista con Poblanerías en línea, explicó que la estadística a nivel nacional es similar; ya que de los 653 mantos freáticos contabilizados, alrededor de 100 están sobre utilizados y eso equivale a 15.3% del total.

Lo anterior se debe a dos factores principales. El primero, que no existe ordenamiento territorial y el segundo, la extracción masiva.

En el caso de Tecamachalco, el académico estimó que el faltante de agua alcanza los 49 millones de metros cúbicos anuales; porque la cantidad de líquido recargado vía infiltración es menor a la extraída.

Para el resto de los yacimientos, especialmente en Tehuacán, el método de conos de abatimiento ha reducido la pérdida del recurso.

El procedimiento contempla el “nivel natural de agua subterránea con que se cuenta” y la extracción masiva. A partir de ello, se designan los usos del agua (agrícola, industrial, pecuaria y urbana, entre otras).

El crecimiento urbano es proporcional a la explotación

El catedrático de la UDLAP señaló que la escasez en los mantos freáticos inicia con el crecimiento urbano; porque al utilizar el agua almacenada en el subsuelo, el recurso se limita y el número de metros cúbicos disponibles es menor cada vez.

A la par, se genera una mayor contaminación del agua; ya que la infiltración natural arrastra sólidos y sales que se almacenan y afectan la calidad del líquido.

Dada la conformación de los acuíferos, que son rocas basálticas, permiten una infiltración rápida. Eso conlleva a arrastrar sólidos y esos se van depositando en los acuíferos; de tal forma que si se tuviera un balance natural de disponibilidad, esos sólidos de manera natural no afectarían”.

“Sin embargo, como se reduce el volumen, entonces la concentración es mayor, en particular la concentración de sales y sólidos disueltos”, dijo el académico.

Según los estudios hechos en los últimos años, el agua en Puebla es cada vez más dura a causa de las zonas calcáreas por las que se infiltra; no obstante, el deshielo de los volcanes Popocatépetl e Iztaccihuátl es un factor benéfico para este proceso natural.

La mitad del agua se pierde en fugas

Carlos Patiño mencionó que además de la falta de ordenamiento, se estima que entre 40 y 50% de las pérdidas del agua potable se debe al mal estado de las redes de distribución.

agua3Por ello, los sistemas operadores debería dar mantenimiento a las tuberías y evitar las fugas.

Una de las cuestiones, desde mi perspectiva, que tienen que contribuir, es hacer más eficiente la parte del uso del agua para consumo urbano; ahí quienes juegan un papel fundamental son los organismos operadores, porque estadísticas a nivel nacional indican que se pueden ver pérdidas de hasta 40 o 50% en las redes de distribución”.

¿Existe reversión?

De acuerdo con el diagnóstico de Carlos Patiño Gómez, el problema de falta de agua se puede revertir a través de un programa de reordenamiento territorial, que permita recargas naturales o artificiales de los acuíferos y el respeto por la naturaleza. El objetivo es que exista una convivencia entre el entorno y el desarrollo urbano.

El reordenamiento llevaría a cuidar el agua almacenada y en la medida de lo posible, utilizar sólo la superficial, mantener la subterránea y únicamente utilizarla cuando sea necesario.

Tenemos que ser conscientes de que un mal manejo de la parte alta de la cuenca va a repercutir en la recarga del acuífero en la parte baja; entonces, dentro de las mismas acciones de conservación de la cuenca, están estas estructuras de infiltración inducida a los acuíferos”.

Este método no es caro, ya que sólo requiere de la conservación de las cuencas hidrológicas y las zanjas; no obstante, llevaría entre 20 y 30 años revertir el déficit actual de agua.

Esto dependería en gran medida de la geografía del estado y la temporada de lluvias; pero también se necesita un plan integral que integre las cuencas hidrológicas y la mejora en las redes de distribución.

Escucha la entrevista con Carlos Patiño Gómez

 

POB/GACC