Tener un diagnóstico sobre las condiciones de los suelos agrícolas, mejoraría los resultados de las acciones gubernamentales enfocadas al campo poblano, sostuvo José Cinco Patrón Ibarra, profesor investigador del Centro de Agroecología en el Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP).
Entrevistado por Poblanerías en línea, dijo que los proyectos actuales de la administración estatal, como la repartición de motocultores, la agricultura por contrato o la entrega de fertilizantes, carecen de un estudio que determine las necesidades reales de los campesinos y sus tierras.
El académico expuso que ello deriva en la compra de artículos que no son benéficos para el sector.
He escuchado comentarios de los productores que, en el caso de los mototractores, los tienen sin utilizar, puesto que las superficies del terreno, sobre todo las que pertenecen a pequeños propietarios, no son aptas para esta clase de máquinas”.
Comentó que los principales problemas para la agricultura en Puebla son:
- Economía actual
- Fertilidad del suelo
- Importación de productos
- Falta de seguridad alimentaria
Campesinos en la lona
Cuestionado sobre el programa de agricultura por contrato, el académico del ICUAP opinó que lejos de ayudar a los campesinos, se trata de un mecanismo que los “pone sobre la lona”.
Argumentó que los compromete a cumplir con objetivos determinados de producción, que muchas ocasiones no se pueden alcanzar debido a condiciones externas, como el clima o el uso de fertilizantes químicos para acelerar el proceso de siembra y que a la larga, acaban con la riqueza de los suelos.
Fertilizantes químicos ¿bueno o malos?
José Cinco también habló sobre la distribución de fertilizantes y apuntó que los cultivos sólo aprovechan 20 por ciento del abono químico, mientras el resto queda suspendido en el aire.
Agregó que este tipo de productos tienen un alto costo, como el caso de la urea, cuyo precio es de 7 mil pesos por tonelada pero su aprovechamiento no pasa de 50 por ciento.
Por cada peso que cuesta un fertilizante, 80 centavos no son utilizados”.
El investigador aseguró que no trata de “satanizar” a los fertilizantes químicos; pero afirmó que es posible optimizar la riqueza de los suelos a través de mecanismos naturales.
Explicó que mediante el abono orgánico, los productores devuelven a sus terrenos los nutrientes que necesitan; porque elementos como los residuos de plantas y animales, contienen sustancias benéficas y no contaminantes.
José Cinco Patrón Ibarra consideró que el cambio a esos productos debe ser gradual; ya que actualmente, el campo poblano enfrenta una elevada demanda de sus cultivos a consecuencia del crecimiento poblacional.
Refirió que por ello, muchos agricultores se ven en la necesidad de utilizar los fertilizantes químicos, que dan resultados más rápido y a menor costo.
Desafortunadamente, los productos orgánicos se encuentran fuera del alcance del bolsillo de los mexicanos; elementos como las certificaciones, sellos y empresas que los venden, incrementan su costo en 30 o 40 por ciento de su valor real”.
Lombricomposta, una opción para la agricultura
En ese contexto, el académico hizo referencia al proyecto de lombricompostaje que lidera y que si bien, por el momento se encuentra sólo en la ciudad de Puebla, también puede ser una opción para los agricultores de todo el estado.
Explicó que el proyecto consta de la separación y reutilización de la basura orgánica, que es tratada y comida por lombrices, y que después de un tiempo sirve como abono para las plantas.
Resolver el problema de la basura
José Cinco Patrón Ibarra comentó que la situación de la basura en Puebla es preocupante.
Dijo que el estado ocupa el último lugar en la recolección de basura; afirmó que diariamente, los habitantes producen cerca de 1 kilo de residuos, de los cuales sólo 0.4 por ciento se recicla.
Lo anterior, pese a que 60 por ciento de la basura que se produce en casa es orgánica y por lo tanto, reutilizable; mientras que 30 por ciento pertenece a deshechos que también se pueden reciclar como vidrio, cartón, papel, metal, aluminio, tetrapack y plástico PET.
Sólo 10 por ciento tendría como destino final los rellenos sanitarios, lo que incrementaría la vida de estos lugares de 90 a 100 años”.
Mencionó al respecto, que de los 22 rellenos sanitarios que existen en la entidad, sólo 2 cumplen con las normas de regulación y el resto de la basura que ya no cabe en estos sitios, se reparte en cerca de 86 tiraderos a cielo abierto.
Lo anterior representa un problema de salud pública; porque esa basura no se separa, no se trata ni se reutiliza, sólo se acumula y en cuanto un lugar se llena, las autoridades buscan otro terreno más para “solventar” el problema.
Ante esta situación, explicó que el proyecto de lombricompostaje apuesta por la reutilización de los desechos, dándoles una utilidad que beneficia a los habitantes, sobre todo aquellos que se dedican a la siembra.
Este proyecto, comentó Cinco Patrón, es el único a nivel nacional, cuya tecnología permite el tratado de residuos de forma eficiente y sin malos olores. Por ello, el municipio de Cuautlancingo aprobó la puesta en marcha del lombricompostaje, así como de centros de acopio para el uso de basura orgánica en sus campos.
¿Cómo se da el proceso de lombricompostaje?
POB/GACC