Cemitas, mentadas de madre y gritos al por mayor, son elementos característicos que nunca faltan en la Arena Puebla.
Este recinto característico de la ciudad brinda cada lunes, de 9 a 11 de la noche, dos horas en las que los aficionados podrán desestresarse, como si fuera una especie de catarsis.
Así lo afirmó Benjamín Mar, promotor administrativo de la Arena Puebla y quien a lo largo de 22 años, ha podido observar la evolución de los aficionados a la lucha libre local.
“Por este lugar han pasado cualquier tipo de aficionados, desde los universitarios, profesionistas, generaciones de padres e hijos e incluso figuras políticas que gustan de este deporte”.
Ese es el caso de Doña Sabina, una fiel aficionada de las luchas y quien no perdía la oportunidad de presenciar el espectáculo.
“Ella vendía boletos de lotería y cuando terminaba su jornada, llegaba a la Arena y se sentaba en primera fila”, recuerda Benjamín Mar.
Con el paso del tiempo, su salud se deterioró; pero eso no fue un impedimento para que continuara viendo, solo que desde gradas atrás.
“Allí conoció a otra aficionada, se hicieron amigas y cada semana estaban aquí”.
¿Por qué acudir a la Arena Puebla?
Venir a la Arena Puebla es parte esencial de la distracción, además de fomentar la cultura del deporte, que actualmente es tan importante para la salud.
“Además, ver las luchas cada lunes, inicio de semana, te ayuda a liberar todo el estrés que se pudo vivir durante la semana.
Yo los invito a que dejen un rato la corbata y el traje, y vengan a disfrutar de las luchas, que si bien, se escuchan cualquier cantidad de palabras soeces, no va a pasar de ahí y la diversión para toda la familia está garantizada”.
Texto: Brenda de la Luz Hernández
Video: Pablo Spencer
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POB/GACC