Los tres índices más populares en Wall Street son el Dow Jones Industrial -el más antiguo, debutó en 1896 con 12 empresas y hoy tiene 30 firmas-; el S&P500, con las 500 empresas más importantes americanas; y el que se ha hecho muy popular por la tecnología a fines de la centuria pasada y comienzo de esta es el Nasdaq.

Igual que con el S&P, existen dos índices tecnológicos: el Nasdaq compuesto y el Nasdaq 100, que siguen los futuros.

Los tres índices han tenido una de sus épocas más largas de rendimientos positivos desde la crisis del 2008. El Nasdaq encontró su valle en octubre del 2008, mientras que el Dow y el S&P500 lo hicieron en marzo del 2009.

Estos índices nos han entregado ganancias por seis años consecutivos, si tenemos en cuenta que el valle del Dow se dio en los 6,470 puntos y del S&P500 en el fatídico 666 de marzo del 2009. Por su parte, el Dow ha crecido 178 % hasta sus valores actuales de 18,000 puntos, mientras que el S&P500 lo ha hecho en 215% hasta sus actuales 2,100 puntos.

El Nasdaq, al ser el índice más volátil de los tres, hizo su valle en niveles de 1,018 puntos en octubre del 2008 y hoy cotiza en 4,450 puntos, con un crecimiento de 301% en este período de más de seis años.

Tenemos que hacer notar que en términos nominales (es decir sin tener en cuenta el ajuste por inflación) el Dow Jones y el S&P500 se encuentran en nuevos máximos históricos, superando los máximos del 2008 y del 2000. El Nasdaq es el único índice que no ha podido tener marcas arriba de los 4,815 puntos del Nasdaq 100 y los 5,103 del Nasdaq compuesto registrados en marzo de 2000. El Nasdaq compuesto superó este jueves su máximo de 15 años.


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Es curioso cómo las reglas de los mercados financieros no son las misma de la economía. Los mercados bursátiles operan por contagio; cuanto más suben más apetito de compra existe y más euforia se produce.

De manera opuesta, cuando hay crisis el pánico produce masivas ventas en contagio y precios más bajos en vez de fomentar la demanda, lo que genera una paranoia de ventas. Las tendencias alcistas son largas y más lentas, las bajistas rápidas y producen fuerte daño en el mercado.

Basta recordar que la última crisis, la de 2008, produjo una caída en los índices superior a 60% con una duración menor a un año.

En otros ejemplos, entre 2000 y 2002 el Nasdaq tuvo una caída de 80% en su valor; en 1987 el Dow perdió en tres días 40 % de su valor; en 1974 el mismo índice vio desplomar su valor 60% en unos meses, y en el crash de 1929 el Dow perdió en tres años 95% de su valor; una caída que le llevó varias décadas recuperarse.

Todos estos sucesos han tenido un factor común, los crash vienen de grandes euforias. La de 1922-1929, con el comercio internacional fue una de las más importantes, la década del 60 de la centuria pasada también, como la fiebre de la tecnología en el final del siglo pasado y el gran avance de 2003 al 2007.

Ahora se llevan seis años de subidas estimuladas por los diferentes paquetes de los bancos centrales, llámese estímulos o los famosos QE (quantitive easing).

Los principales beneficiarios de los estímulos con políticas de tasas cercanas a cero, y compra de bonos tóxicos e inyección de liquidez, han encontrado a la bolsa como directo beneficiario de dicha liquidez.

Es así que se han tenido grandes rendimientos en Wall Street por seis años consecutivos, y lo curioso es que empezando el séptimo año, es mayoritario el consenso de expertos, analistas y departamento de research; que la recuperación de la economía americana aún hace que la bolsa no esté cara (eso dicen), y que por lo tanto los precios luego de subir más de 200% desde sus valles aún sean atractivos.

Desde el año 2009 se han tenido ajustes en el mercado, pero el más importante fue en el año 2011 con la crisis europea.

La confianza mata al hombre, y las burbujas son euforias en que los participantes ven el futuro con más optimismo, lo que les hace pensar que las subidas bursátiles son lineales.

Luego vienen períodos en que la burbuja explota y las caídas fuertes no dejan margen a los inversores de salir a tiempo del mercado, por lo que tienen que soportar pérdidas monstruosas en un corto período de tiempo y prácticamente sus inversiones. Así, sus ahorros se erosionan en meses.

El mercado se mueve por psicología de masas y el  modelo para medir la psicología de masas sugiere que la burbuja está presente en Wall Street, y que puede estallar en 2015 o probablemente en 2016.

En rigor técnico, el Dow y el SP500 y Nasdaq están cerca de importantes resistencias, entre los actuales valores.

Surgirán ventas y un ajuste de 10% a 15% para lo que resta de la primavera y el verano, luego tendremos un último veranito para los mercados coincidiendo con el otoño y en el invierno y quizás en el primer trimestre del 2016 tengamos el fin de la burbuja.

Cuando reviente la burbuja pasará algo como en 2008, una caída del 50% al 60% en la bolsa americana, por lo tanto hay que andar con cautela en este y el próximo año, por que la subida de seis años desde el 2009 ha entrado en su última etapa.

Se debe tener cuidado lo que resta la primavera y el verano, quizás para tener un otoño bueno e invierno bueno, y explotar en el 2016, o adelantarse hay que andar con cuidado en los tiempos actuales de bolsa y de masivo programas de estímulos de diferentes países.

 

POB/BDH