Están en un vagón, reunidos y sentados, cuatro personajes con el mismo lugar como destino. Por un lado un catalán y un madrileño, por el otro un alemán muniqués y una Vecchia Signora. El bávaro no le quita los ojos de encima al de Cataluña como si se tratase de un padre vigilando las travesuras de su hijo, mientras que la italiana de edad avanzada, coquetea pacientemente con el de la capital española.

Luego de visitar Turín la semana pasada, el madrileño seducido por los encantos de la “Vecchia” bianconera, cayó sorpresivamente en los brazos de la italiana. Ahora tendrá que regresar la cortesía visitando Madrid teniendo como anfitriones a un portugués galán (Cristiano Ronaldo), un mexicano simpático (Javier Hernández) y un colombiano “carita” (James Rodríguez), que amenazan con enamorarla en su cita la noche del miércoles en el Santiago Bernabéu, para luego mandarla sin retorno y sin escalas al norte de Italia.

El catalán bávaro o bávaro catalán de apellido Guardiola, regresó a la que fue su casa prácticamente toda su carrera como futbolista y donde consiguió la gloria absoluta como director técnico primerizo en sólo cuatro años. El reencuentro con su hijo putativo de nombre Lionel acaparaba todos los reflectores. Ya en escena, “Papá Pep” ordenó a sus muchachos alemanes que vigilaran en todo momento al chaparrito con el diez en la espalda.

El plan de Josep funcionó al pie de la letra durante setenta y siete minutos. Después de esos dos tercios y medio de partido, Messi hizo pedazos en tres minutos la muralla teutona con el sello de la casa: zurdazo potente pegado al poste y genialidad brutal evidenciando la falta de cadera de Boateng con sombrerito incluido al gigante Neuer.

Ya con el par de travesuras realizadas, a Lio se le ocurrió presentarle a “Papá Pep” a su nuevo gran amigo y socio con un brillante pase que el brasileño se encargó de convertir en el tercer gol de la noche en el Camp Nou, “me llamo Neymar, mucho gusto”, fueron las palabras del partner de Messi.

Antes de abordar el último expreso previo a llegar a Berlín, los cuatro personajes tuvieron que atender sus asuntos caseros. El madrileño no le pudo ganar al valenciano (2-2)  y como consecuencia el catalán, que ya había vencido al vasco de San Sebastián (2-0), está a punto de ganar la liga con cuatro puntos de ventaja (90 del Barcelona por 86 del Madrid) faltando dos partidos por jugar.

En Italia, la Vecchia Signora ya con el título de liga ganado empató con Cagliari (1-1), descansando a sus gladiadores para la afrenta del miércoles en Madrid y de paso recuperando a su as bajo la manga llamado: Paul Pogba. La italiana de edad avanzada es contundente con sus hombres: “Andiamo Ragazzi”.

En Munich, el Bávaro campeón ya de la Bundesliga, pero todavía sacudido por el 3-0 en Barcelona pierde con el Augsburg incrementando las críticas para Guardiola y disminuyendo las esperanzas de una remontada el martes ante el catalán. Imposibles no hay y más tratándose del Bayern Munich.

Otra vez en el vagón, la hora se acerca y cada uno mira fijamente a su adversario, no hay comentarios, solo miradas. El catalán y la italiana tienen medio boleto a Berlín en la bolsa pero tanto el madrileño como el alemán muniqués amenazan con arrebatárselos en la  escala pactada en su casa y con su afición.

Real Madrid vs Juventus y Bayern Munich vs Barcelona a todo o nada. El seis de junio se acerca y solo dos llegarán a la final en Berlín donde solo uno podrá cruzar la puerta de Brandemburgo…como el campeón de la UEFA Champions League.

@tonysanchezcam

 

POB/GACC