Más de 60% de las pérdidas de alimentos se producen después de la cosecha, según la Organización de las Naciones para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Por este motivo, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) desarrolló películas activas que se adhieren a las frutas y evitan su rápida maduración.

El proceso consiste en agregar antimicrobianos de origen natural a las películas hechas de orégano, que recubren los alimentos. Esto disminuyó hasta 60% el crecimiento del hongo en la superficie de frutas y se duplicó el tiempo de vida en el anaquel, explicaron investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas (FQC).

El método fue aplicado a frutas como mango Ataulfo y papaya Maradol.

 

POB/BDH

 


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