Alrededor de 24% de las hectáreas sembradas en México se destina en la siembra de maíz blanco, con una producción anual de 21.1 millones de toneladas.
Así, se estima que cada habitante de México cuenta para su consumo con 188 kilogramos al año de este grano, lo que equivale a poco más de medio kilo por día, si se consideran diferentes presentaciones como harinas, tortillas y botanas, entre otras.
En el marco del Día Mundial de la Alimentación, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), destacó que México cuenta con una superficie de 109.3 millones de hectáreas de las cuáles cuatro de cada 10 se destinan a la producción de alimentos.
La dependencia apuntó que el sorgo es el segundo cultivo en importancia, con la siembra de 8% de las tierras agrícolas y un volumen de producción de 7.2 millones de toneladas del grano por año.
De dicho producto, la principal especie consumidora es el ganado bovino, en especial en sistemas de explotación de estabulación y semiestabulación.
En ese sentido, el organismo precisó que de acuerdo con las estimaciones anualmente se dispone de 766 kilogramos del grano por cabeza de ganado y dos kilogramos por día en la ración del alimento preparado.
El frijol representa otra base de la alimentación de los mexicanos; así, cada año los productores de esta leguminosa obtienen 1.4 millones de toneladas provenientes de las 1.9 millones de hectáreas que se siembran en el territorio nacional.
El INEGI afirma que a partir de las variables de producción y población total, se observa que cada habitante consume en promedio 12.8 kilos de frijol al año.
De acuerdo con la producción reportada en 2014, cada habitante del país consume en promedio 188 kilogramos de maíz y 12.8 kilogramos de frijol al año, en tanto que ingiere diariamente un poco más de un cuarto (280 mililitros) de leche, ya sea en consumo directo o por algún derivado.
Según los datos del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en México, la inflación en las legumbres y hortalizas, de diciembre de 2005 a diciembre de 2014, se elevó a 60.5%, por arriba de la inflación alcanzada por el total de productos, de 44.8%.
En menor medida sucedió con las frutas, que tuvieron una variación en los precios de 58.5% para el mismo periodo, apunta el INEGI.
Según la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) 2014, del total de la producción agrícola, 73% se comercializó, 23% se utilizó en el autoconsumo de las unidades (humano o animal) y el 4.0% restante se perdió durante la cosecha, el transporte o en el almacenamiento.
POB/IIAL