Las personas con cáncer experimentan cambios en distintas partes de la vida, incluyendo la sexual.

Aunque la actividad sexual no está prohibida cuando una persona padece cáncer, existen tratamientos que las impiden porque las radiaciones se pueden transmitir a la pareja a través del semen o flujo vaginal, explicó Alejandra Hernández, doctora del Centro Hernández.

En la braquiterapia se implantan semillas radiactivas en el organismo, lo que representa un peligro para la pareja, dijo la especialista.

Lo recomendable es interrumpir la actividad sexual hasta que la radiación “más potente” desaparezca del cuerpo.

“Algunos tratamientos requieren precauciones especiales, ya que pueden presentarse en el semen o secreciones vaginales o, en el caso del embarazo, pueden dañar el feto. Por ello, es necesario hablar con un médico sobre qué anticonceptivo es el más adecuado para la persona”, ha recalcado la también miembro de Saluspot.

Además de los inconvenientes que estos tratamientos tienen en la vida sexual, la especialista dio consejos para tener relaciones “satisfactorias”.

1. Uso de lubricantes o humectantes. Los tratamientos oncológicos reducen la lubricación de la vagina, e incluso, provocan la pérdida de elasticidad, por lo que es necesario usar aquellos fabricados con base de agua y no tengan olores, sabores u otro tipo de productos que irriten la piel.

2. Comunicación. La comunicación con la pareja es otro de los aspectos que más se deben cuidar en esta etapa. “En el caso de que la persona con cáncer no tenga ganas de mantener relaciones sexuales, debe entender que es normal que su estado de ánimo pase por esa fase y que debe hablarlo con su pareja”, dijo la doctora.

Es frecuente que el que no padece el tumor tenga “muchas dudas, miedos y preocupaciones” acerca de la salud del otro, por lo que la comunicación constante es necesaria.

3. Alternativas a la relación sexual. Es necesario tener mente abierta sobre las formas de obtener placer sexual sin la necesidad de penetración. En ocasiones el hecho de abrazarse o hacer una caricia puede ser igual de placentero, pues se trata de adaptarse a las nuevas necesidades de los miembros de la pareja.

4. Autoestima. En ocasiones, las secuelas de las operaciones o de los tratamientos “acomplejan” al enfermo hasta el punto de no querer mostrarse desnudo ante la pareja o verse incapacitados para mantener las relaciones sexuales. Fortalecer entre los dos la autoestima del enfermo es de vital importancia.

 

 

POB/BDH