Durante 2015, Puebla fue el sexto estado con más delitos del fuero común registrados, con un total de 64,399 casos, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
El Estado de México fue la entidad con más delitos contabilizados, con un total de 202,205 casos. Le siguen el Distrito Federal con 169,701 casos, Baja California con 104,653, Guanajuato con 95,782 casos y Jalisco con 95, 329.
Tanto solo en diciembre de 2015, en el Estado ocurrieron 4,591 crímenes, sin embargo, no se trató del mes con más incidencia delictiva, sino que al contrario, fue el menos conflictivo del año.
Septiembre fue el mes más violento para la entidad, al registrar 5,756 crímenes. Le siguieron octubre, mayo, junio, marzo y abril.
Robos, “el dolor de cabeza”
Los robos comunes continúan como el delito más frecuente en Puebla, ya que fue el crimen más cometido en 2015.
En total ocurrieron 23,166 robos, de los cuales, 14,047 fueron con violencia y 9,093 sin ella.
Los transeúntes son los más vulnerables ante este tipo de hechos, ya que del total de robos con violencia, 1,778 fueron a este sector.
El robo con violencia a negocios y vehículos figuraron entre los más comunes en 2015.
Mientras que el SNSP dice que en Puebla ocurrieron 698 robos con violencia de vehículos, la Oficina Coordinadora de Riesgos Asegurados (OCRA), contabiliza 1,195 casos, solo en 2015. Esta cifra creció 56% respecto a 2014, colocando a Puebla como el estado donde más creció este delito.
Después del robo común, siguen los robos en carretera, robo de ganado y robo en instituciones bancarias, con 383, 6 y 3 casos, respectivamente.
El pasado 1 de febrero se dio a conocer que Puebla y el Estado de México concentran 31% de los robos a autotransporte, siendo la zona de San Martín Texmelucan, en el tramo que cruza el Arco Norte, la parte más peligrosa para los camiones de carga, de acuerdo con datos de FreightWatch Internacional (FWI).
El SNSP dice que en 2015 hubo un total de 322 asaltos a camiones de carga, de los cuales, 308 fueron con violencia y 14 sin ella.
Consecuencia de los crímenes en la entidad, ocurrieron 9,068 lesiones. 6,781 fueron de tipo doloso y 2,197 de tipo culposo.
El arma blanca sigue siendo el medio más recurrente para lastimar a las víctimas.
Los crímenes patrimoniales fueron el segundo delito más común en Puebla, con 11,531 registros. Dentro de esta clasificación se encuentran la extorsión, fraude, daño en propiedad ajena, abuso de confianza y despojo. De todos los anteriores, el daño en propiedad ajena registró 4,366 casos.
Los delitos sexuales se colocaron en el tercer peldaño con más casos en la entidad, con un total de 548.
Finaliza el conteo la privación de la libertad o secuestro, con 40 casos.
A nivel nacional ocurrieron un 1,500,897 delitos en 2015, de los cuales 560,352 fueron robos, 32,750 homicidios y 203,921 daños patrimoniales.
La incidencia delictiva en México dejó un total de 180,100 víctimas.
Sube homicidio, secuestro y extorsión
En comparación con 2014, los crímenes de homicidio (doloso y culposo), secuestro y extorsión crecieron en un año.
En 2014 hubo 367 homicidios dolosos y 629 culposos, mientras que hasta diciembre de 2015 se registraron 561 casos dolosos y 831 culposos.
En el caso de los secuestros, Puebla presentó seis casos más en un año, es decir, que en 2014 se contaron 34 y en 2015 40.
Para el tema de la extorsión, en 2014 hubo 180 registros, por 275 de 2015.
Crimen sin castigo
En Puebla, de los delitos cometidos al menos 92.5% no son denunciados y de aquellos que sí se tiene registro, solo 23% tiene un culpable que paga su condena en la cárcel, según el índice Global de Impunidad México (IGIMEX) 2016.
De los robos y homicidios, dos de los delitos más cometidos en la entidad, solo 4% y 11% de los culpables, respectivamente, entraron a la cárcel.
Además, el capital humano en el sistema penitenciario favorece el crecimiento de impunidad en Puebla.
Los datos muestran que por cada 100 mil poblanos hay 39.3 personas en las procuradurías de justicia, y por cada mil delitos denunciados ante la autoridad, solo hay tres agentes de Ministerio Público determinando averiguaciones previas y carpetas de investigación.
Factores como la pobreza multidimensional, el bajo promedio de años de estudio y los indicadores de desarrollo humano por debajo de la media nacional, incluyen en el crecimiento de la impunidad.
A nivel nacional la tendencia tampoco es muy alentadora, pues del total de delitos cometidos, solo 4.46% tienen una sentencia condenatoria, cifra que se traduce en un nivel de impunidad de 95%.
Sin embargo, si se toman en cuenta los delitos denunciados más los que no lo son, el nivel de impunidad se eleva a 99%, esto es que solo 1% de los crímenes cometidos en el país reciben justicia.
En México, la entidad más impune es Quintana Roo y la que presenta el nivel más bajo es Campeche.
Destaca como caso atípico Michoacán, por las situaciones de violencia, delincuencia organizada y reestructuración que ha sufrido la entidad.
POB/BDH