Tony Gali es el candidato de Rafael Moreno Valle, no hay duda. Y cualquier ciudadano, político o no, tiene el derecho de escoger al candidato que le de la gana. Y apoyarlo y exhibir sus virtudes. Blanca Alcalá es la candidata de Mario Marín Torres, por ejemplo; y apenas en Hueytamalco Don Mario acaba de ser mencionado como “el mejor gobernador en la historia de Puebla…”. Andrés Manuel López Obrador tiene en Abraham Quiroz a su candidato. Agustín Basave dio todo su apoyo a Roxana Luna.
Pero ellos, Rafael, Mario, Andrés Manuel, Agustín, apoyan candidatos, no ponen gobernador. Esto último corresponde al voto ciudadano. Para eso, para convencer al ciudadano, para pedirle su voto, para ganar su preferencia es la campaña.
Para ganar la voluntad del ciudadano y su preferencia electoral se invierte tiempo, dinero, esfuerzo, talento y voluntad, del aspirante y de sus equipos. Planes, estrategias, campañas publicitarias, discurso, actitudes, son relevantes e importantes para lograr sus objetivos.
Creo que a excepción de Blanca Alcalá, los candidatos han sabido manejar con criterio y acorde a sus propuestas su relación con sus principales e importantes apoyadores.
Claudia Hernández Parra ha recibido reprimenda por haber mencionado el nombre de Mario Marín y ponderar a la alza sus virtudes en Hueytamalco, porque su mención en acto público hace mella en la imagen deteriorada de la candidata Alcalá.
¿Qué personaje importante hace de Ana Teresa Aranda su candidata?
Nadie sabe, nadie supo. Pronto, me cuentan, se sabrá.
El objetivo de esta última no es ganar la voluntad del votante, disputarle el gobierno a Tony, Blanca, Abraham o Roxana. No. Es vengarse y denostar la imagen de Rafael Moreno Valle.
Por eso su inicio de campaña en la Casa del Torno, a la que llamo “monumento a la corrupción”. Y por eso, el principal objetivo de su discurso en el mitin con 20 seguidores fue Rafael Moreno Valle.
Que pobreza.
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