David Cameron, primer ministro del Reino Unido, asistió en Bruselas, este 28 de junio, a su última cumbre europea. El premier británico se negó a solicitar de manera oficial la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). Aclaró que debe respetarse el resultado del Brexit, pero que el proceso de salida corresponde a su sucesor:

[Sobre la salida] Esa es una tarea que queda para el próximo primer ministro. […] Soy un demócrata, el resultado del referéndum no es el que queríamos, pero hay que respetar la democracia”.

Líderes de los veintisiete países que siguen conformando la UE presionaron para que los británicos actúen con velocidad y así terminar con la incertidumbre financiera. El Parlamento concluyó, con 395 votos a favor y 200 en contra, que el Reino Unido debe activar lo antes posible el artículo 50 del Tratado de Maastricht, para empezar la regulación de su salida.

Cameron, en su discurso, señaló que pese al resultado del Brexit, el Reino Unido desea continuar con un comercio sano en Europa. Angela Merkel, canciller de Alemania y aliada frecuente de Cameron, se pronunció con aspereza al respecto:

Quien quiera salir de esta familia no puede esperar perder todas las obligaciones y mantener todos los privilegios”. 

Jean Claude Juncker, el presidente luxemburgués de la Comisión Europea, aclaró que no se iniciarán las negociaciones con el Reino Unido hasta que el país no active el artículo 50. Juncker se expresó con confianza a favor del proyecto europeo:

No estoy ni cansado ni enfermo. Lucharé por una Europa unida hasta mi último suspiro. El sueño europeo continuará”.

El de Luxemburgo, además, cuestionó la presencia en el Parlamento del grupo liderado por Nigel Farage –político británico que impulsó el referéndum–. Farage, sin muchos aliados, sí recibió apoyo de Marine Le Pen, eurodiputada y presidente del Frente Nacional en Francia.

POB/PSPL


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