Este mes de agosto se cumplen ochenta años de la muerte de Federico García Lorca, poeta español. Él fue asesinado en Granada —sur de España— en los primeros días de la Guerra Civil Española, que terminó con la dictadura instaurada de Francisco Franco.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), con sede en el país ibérico, presentó en abril una denuncia ante un juzgado argentino para que se esclarezcan los hechos referentes a la muerte del poeta. La juez María Servini de Cubría, quien ya investiga crímenes cometidos por el régimen franquista, aceptó el caso.

Servini, de acuerdo con el abogado Máximo Castex, ya solicitó a la justicia española un documento fundamental. Se trata de un reporte de la Tercera Brigada Regional de Investigación Social de la Jefatura Superior de Policía de Granada, fechado en 1965. Este documento salió a la luz pública en el 2015 y habla de los motivos que condujeron al asesinato de García Lorca.

En el texto, se retrata a un hombre socialista, masón y homosexual. La parte menos sensacionalista, pero la más relevante, tiene que ver con que a García Lorca se le detuvo en Granada y fue presentado al Gobierno Civil. Después, como sigue la narrativa del reporte, el poeta fue sacado de la penitenciaría y trasladado a Viznar. Ahí fue fusilado y enterrado en una barranca.

Federico García Lorca, en el verano de 1936 y tras el golpe militar de Franco, viajó de Madrid —lugar de su residencia habitual— a Granada. En la ciudad andaluza, el domicilio del poeta fue registrado dos veces. Esto llevó al español a buscar refugio en la casa de los hermanos Rosales Camacho, quienes paradójicamente tenían nexos con la Falange Española —organización fascista—.

Ahora, se busca imputar, de manera formal, responsabilidades a la Falange por el asesinato de García Lorca. El poeta, fallecido a los 38 años, escribió obras como “La casa de Bernarda Alba” y “Poeta en Nueva York”.

POB/PSPL