El 2 de septiembre, Poblanerías en línea publicó una nota sobre cómo Samsung –compañía de tecnología surcoreana– suspendió la venta del Galaxy Note 7, teléfono inteligente que llegó al mercado en agosto. La decisión se tomó luego de que los usuarios reportaran baterías defectuosas que se incendiaron.

A una semana de lo ocurrido, la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de los Estados Unidos (CPSC, por sus siglas en inglés) ha emitido un comunicado en el que pide a los usuarios del Galaxy Note 7 “apagar, así como dejar de cargar y usar sus dispositivos”.

De manera similar, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) exigió a los pasajeros en Estados Unidos, al momento de abordar los aviones, que apagaran completamente sus teléfonos para evitar posibles incendios.

Se calcula que Samsung vendió 2 millones y medio de sus nuevos dispositivos alrededor del mundo. La empresa puede enfrentar una pérdida calculada en mil millones de dólares –casi 19 mil millones de pesos–.

Según lo publicado por Mashable, las baterías defectuosas no se encuentran en todos los Galaxy Note 7. Para hacer frente a la producción de este dispositivo, Samsung fabricó el 70% de las pilas –supuestamente, las que han presentado problemas–, mientras que una compañía china fabricó el 30% restante.

De cualquier forma, Samsung ya aclaró que todos los usuarios en México pueden reemplazar su teléfono a partir del 30 de septiembre. El único requisito es presentar el ticket de compra junto con el equipo en el lugar en que fue adquirido.


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Sobre los incidentes –35 contabilizados hasta el momento–, la empresa surcoreana ofreció esta explicación:

Un excesivo calentamiento de la celda de batería se produjo cuando la corriente ánodo-cátodo entró en contacto, lo que es un error muy raro en el proceso de manufactura”.

La CPSC, por su parte, ya señaló que los incendios de las baterías se han dado tanto a la hora de cargar como de usar el Galaxy Note 7.

POB/PSPL