La fuerte señal detectada a 95 años luz por el radiotelescopio ruso RATAN-600 no era extraterrestre.
Yulia Sotnikova, investigadora, emitió un comunicado a través del Observatorio Astrofísico de la Academia Rusa de Ciencia diciendo que su análisis ha "revelado el origen terrestre más probable (de la señal)", y astrónomos en todo el mundo siguen buscando más señales.
Puede decirse con seguridad que ninguna de las señales buscadas ha sido detectada aún", dice el comunicado.
En entrevista, Sotnikova consideró que la señal fue “probablemente una perturbación terrestre”.
Alexander Ipatov, director del Instituto de Atronomía Aplicada de la Academia Rusa de Ciencia, cree que quizá se trate de un satélite, pues durante el período soviético, él participó en el observatorio Zelenchukskaya, que detectó una “señal inusual”.
Sin embargo, las revisiones indicaron que la señal emanaba de “un satélite militar soviético que no había entrado en ninguno de los catálogos de cuerpos celestes”.
Hace unos días, el Special Astrophysical Observatory (SAO) de la Academia Rusia de Ciencias descubrió la señal pero no pudo confirmar que se tratara de una actividad extraterrestre.
Desde hace años el SAO ha llevado a cabo estudios de objetos astronómicos con científicos del Instituto de Skobeltsyn de Física Nuclear de la Universidad Estatal de Lomonosov de Moscú, en el marco del programa SETI.
El programa SETI es el nombre para los proyectos y actividades para la búsqueda científica de actividad de civilizaciones extraterrestres.
POB/LFJ