Los 25 años se han convertido en una edad de inestabilidad, muchos de los sucesos que antes se hacían a esa edad se han retrasado para después de los 30.
Casarse, tener hijos y mantener una rutina en familia ya no es parte de los planes para una persona de entre 20 y 25 años. Sin embargo, este cambio generacional tiene consecuencias.
Esta época es una posibilidad de desarrollo y descubrimiento del potencial; pero al mismo tiempo existe una tendencia mayor al estrés por la presión que se genera.
La pagina web Vice recopiló una serie de recomendaciones de diferentes expertos para superar esta etapa y no morir en el intento.
- Existen tres opciones: Postergarlo, huir o tomar la decisión de hacer algo.
- El proceso se complica por considerar el tiempo un enemigo. Hacer planes a largo plazo esta bien, no todo debe ser inmediato.
- No es obligación de los 25, ni de ninguna edad, casarse y tener hijos. Esta bien si estas acciones se encuentran en tus planes, pero si no lo están definitivamente no es un pecado.
- No regresar a la universidad como una escape a la adolescencia. Esta deber ser una decisión que se tome, solo si de verdad el objetivo es el estudio.
- Ser egoísta no esta mal, conocerse y decidir que es lo que se desea en la vida es vital.
- ¡Tener sexo! De esta forma no se genera miedo a la intimidad.
- No convertir la habitación en una cueva sagrada que no se pueda compartir.
- Querer, no es igual a necesitar. Las decisiones que se tomen no se deben hacer solo por obligación o pensar que así deber ser.
- Todo es complementario, cada parte de la vida es importante y no todos los problemas se concentran en una sola área.
- Tomarse un descanso esta bien, decidir ser siempre “la personas más productiva” agota.
La crisis del cuarto de vida es un fenómeno natural y lo único que no debe hacer una persona es paralizarse. Los 25 son el momento de hacer algo, lo que sea, solo hacerlo.
POB/FOL