La Real Academia Española define el verbo coincidir en los siguientes términos: “Dicho de dos o más cosas: Ocurrir a un mismo tiempo, convenir en el modo, ocasión u otras circunstancias”. Lo cierto es que las coincidencias están ligadas al azar, a lo insólito y a lo espontáneo.
Se trata del punto de unión entre la realidad y la ficción. Por su condición de inexplicables, las coincidencias generan fascinación entre las audiencias. Ahora, con base en lo publicado por el portal Genial, Poblanerías en línea presenta estas seis sorprendentes jugarretas del destino:
Rómulo y el Imperio Romano: Se sabe que Rómulo y Remo fueron los fundadores de Roma, pero rara vez alguien se percata de que el nombre del último emperador –gobernante en el año 476– también fue Rómulo.
La máquina del tiempo de Edgar Allan Poe: El escritor estadounidense, autor del célebre poema “El cuervo”, redactó una única novela a lo largo de su carrera: “La narración de Arthur Gordon Pym”.
En su texto, Poe señala que los protagonistas, debido a un naufragio, deciden comerse a un miembro de la tripulación llamado Richard Parker. Medio siglo después de la publicación de la novela, marineros se comieron a un hombre que llevaba el mismo nombre.
Novela sobre el hundimiento de un barco es muy similar a la historia del Titanic: Morgan Robertson publicó, en 1898, una novela corta titulada “Inutilidad o los restos del Titán”.
En este libro, Robertson narra cómo un barco de pasajeros choca contra un iceberg, hundiéndose en el Atlántico Norte. La anécdota del relato se convirtió en realidad cuando, en abril de 1912, el Titanic se hundió con más de 2 mil personas a bordo –de las cuales sobrevivieron 700–.
Abraham Lincoln y John F. Kennedy tenían mucho en común: Los dos mandatarios fueron asesinados de un balazo en la nuca; ambos tuvieron cuatro hijos y fueron sucedidos en el cargo por hombres de apellido Johnson.
Por si fuera poco, el mentor religioso de Lincoln se llamaba William Graham, mismo nombre que el de un amigo cercano de Kennedy, predicador de la fe protestante y defensor de los derechos civiles en el país norteamericano.
Anthony Hopkins encontró un libro singular: Hopkins, actor británico, participó en la cinta “La chica de Petrovka” de 1974. Él buscaba la novela homónima para estudiar la psicología de su personaje.
Tras recorrer inútilmente varias librerías, Hopkins encontró un ejemplar de “La chica de Petrovka” en el metro. Después, cuando conoció al autor, George Feifer, este le dijo que la última novela que tenía se la regaló a un amigo que la había perdido en el subterráneo.
Los Simpson advirtieron la presidencia de Donald Trump: En el año 2000, en un episodio de la onceava temporada, Bart Simpson viaja al futuro y descubre que Liza, su hermana, es la nueva jefe del Ejecutivo en los Estados Unidos.
Ella, frente a su gabinete, comenta esto: “Como saben, heredamos un déficit en el presupuesto del presidente Trump”. Los medios, desde la victoria del republicano en las elecciones del pasado 8 de noviembre, han hablado sobre esta ‘predicción’.
Lo cierto es que, en el 2000, cuando Bill Clinton estaba por abandonar la Casa Blanca, Trump buscó la candidatura del Partido de la Reforma. Sus propuestas, desde entonces, ya eran consideradas por la prensa como catástrofes potenciales.
Esto quedó registrado según las palabras de Dan Greaney, guionista de “Los Simpson”, como “una advertencia para América”.
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*Revisar a partir del minuto 8:59.
POB/PSPL