El linchamiento de pillos, delincuentes y malhechores es el recurso ciudadano para protegerse de quienes les hacen daño. La ausencia de la autoridad, la simulación para enfrentar a la delincuencia, la permisividad que otorgan a quienes violan la ley, la complicidad que convierte en negocio la actuación de pillos y la incapacidad para resolver el estado de indefensión social, son algunas de las causas que provocan que la sociedad intente hacer justicia por su propia mano.
Se añade el tortuoso camino que hay que seguir y que está lleno de obstáculos, cuando cualquier ciudadano intenta resolver por la vía de la legalidad institucional, cuando ha sido víctima de cualquier ilícito.
Malhechores y autoridades tienen el poder en las manos.
La sociedad busca la forma de contrarrestar el poder del poderoso binomio.
No hay duda, padecemos un estado de derecho fallido. O vivimos con la clara ausencia de un estado de derecho. Los ciudadanos, la sociedad, no confían, porque no encuentra soluciones en la policía, cuerpos de seguridad, ministerios públicos, poder judicial; porque no resuelven, complican. Peor aún, en muchas ocasiones actúan de la mano de los delincuentes.
La respuesta social organizada son los Grupos de Autodefensa Comunitaria, tan de moda en Michoacán y Guerrero, por ejemplo. El descontento y la reacción de una sociedad no organizada, que responde a los impulsos y sentimientos colectivos de autodefensa, ante la indefensión, son los linchamientos.
Puebla es ya sitio común para los linchamientos. Se habla de Grupos de Autodefensa, ocho, en San Francisco Totimehuacán. Después de Estado de México y Morelos, Puebla lleva medalla de bronce en cuanto a linchamientos.
Y por ningún lado se notan medidas estructurales para combatir la delincuencia y evitar los linchamientos.
Ni siquiera se mencionan, más bien se omiten, en la coyuntura de la búsqueda de candidaturas.
Mmmmm… cada gobierno tiene el pueblo que se merece.
@luisenriquesf
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