Sabemos el resultado en las elecciones de Estados Unidos: Ganó el Partido Republicano; ganó el aparato legislativo, la Cámara de Representantes y el Senado y con Donald Trump han conseguido la presidencia del País.

Los análisis abundarán, ponderan los estudios las relaciones comerciales, la situación económica, en el caso de México la vecindad política, el maltrato a los migrantes mexicanos, el muro, el precio del dólar, el incremento en México de la deuda, el venidero incremento a la gasolina … y decenas de cosas más.

Pero: ¿Quién perdió?

En el corto plazo, me quedo con la pésima actuación preelectoral de las casas encuestadoras, las más importantes casas de apuestas, los juiciosos análisis de los especialistas, los vaticinios de medios periodísticos importantes como el New York Times, todos ellos, los que han perdido, auguraban un triunfo de Hilary Clinton.

Al inicio de la jornada electoral, se auguraba por un 80 o 90 por ciento el triunfo de la Señora Clinton.

Fallaron.

Lo mismo les sucedió en el pasado reciente en Colombia con el plebiscito del cese al fuego con las FARC y antes en la Gran Bretaña con el Brexit.

Las expresiones de la pirámide del poder jugaron su papel, pero la realidad los puso en su justo sitio.

Los augurios, mediciones, encuestas y deseos se frustraron y la sociedad se pronunció en contra de lo predicho por apostadores, encuestadores, medios, analistas y políticos.

No hay duda, existe una enorme laguna y alejamiento de los grupos de poder del sentir de la sociedad. Y cuando ésta se expresa como lo debe hacer, a través de las urnas, da al traste con el deseo y voluntad de quienes se benefician con el ejercicio del poder.

Juegan su papel intentando orientar un resultado que les conviene; pero fallan, la realidad lo demuestra.

Gana Trump.

¿Perdió México?

Me queda la duda: ¿Ganó Enrique Peña Nieto?

Si es así me queda claro: una vez más jodió a México.

@luisenriquesf

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