Elisa Carrillo, la mexicana que alcanzó su sueños, ser bailarina profesional de danza clásica.
En su familia no había artistas ni bailarines, pero sus padres la apoyaron para que, a partir de 1990, estudiara la carrera de danza.
La mexiquense sabía que podía brillar en el Metropolitan capitalino, el Degollado de Guadalajara o el Macedonio Alcalá de Oaxaca pero jamás pensó en Europa; el viejo continente estaba lejos de su alcance.
POB/FOL