En la actualidad, la frase “santos inocentes” provoca risa y una mirada pícara, producto de pensar a quién se le puede jugar una broma pesada este 28 de diciembre o simplemente, quitarle un poco de dinero.

Esta conmemoración tiene su origen en un acontecimiento “trágico” y que se encuentra relatado en el Evangelio según San Mateo.

Se trata de la matanza de niños menores de dos años, ordenada por el Rey Herodes I o mejor conocido como “Herodes El Grande”, luego de enterarse del nacimiento de Jesús.

La historia

La historia relata que Herodes fue designado gobernador de Judea en el año 40 A.C. aproximadamente y poco después, fue nombrado rey, título con el que gobernó por más de 30 años.

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El territorio de Judea era controlado por los romanos, quienes acentuaron su poderío paulatinamente en aquellos territorios, para conformar una provincia al servicio de la entonces República de Roma.


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La narración bíblica menciona que tras el nacimiento de Jesús, los Magos de Oriente (la creencia popular ha indicado que eran tres y los ha llamado “reyes”) arribaron a Judea, guiados por una estrella que les indicaba el nacimiento del “rey de los judíos”.

En su camino hacia Belén, estos magos se entrevistaron con Herodes, quien presa de un sentimiento de amenaza hacia su trono, les pidió averiguar más datos sobre el recién nacido, bajo el argumento de que él también le rendiría homenaje.

Los Magos –después de honrar a Jesús en Belén– fueron alertados por un ángel sobre las intenciones de Herodes; por lo que regresaron a su país por un camino diferente.

Mateo, el evangelista, describe el enojo de Herodes ante dicha acción y cómo ordenó el asesinato de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén y sus alrededores.

Su propósito era terminar con el hijo de María, que para ese momento ya se encontraba en Egipto, gracias a que –expone el texto– José había sido alertado del peligro por un ángel.

José y María permanecieron en aquella zona hasta la muerte del rey.

Pese a que Mateo no ofrece datos que precisen la fecha exacta de la matanza, la Iglesia Católica fijó el acontecimiento el 28 de diciembre.

Una tradición medieval

¿De dónde surge la costumbre de realizar bromas en esta fecha? Si bien el origen de la celebración tiene que ver con el tema religioso, ésta también se apoya en una tradición medieval conocida como “la fiesta de los locos”.

Nacida entre los pueblos paganos de la Europa Medieval, esta costumbre fue adquirida pronto por los cristianos del Siglo IX; por lo que la Iglesia la condenó y llevó a cabo una intensa labor para suspenderla.

En sus orígenes, aquellos pueblos realizaban una serie de festejos en los últimos días del año gregoriano.

Vestían pieles y cabezas de ciervo, como una forma de solicitar a la naturaleza abundancia de animales para la caza en el siguiente año.

Foto: Wikimedia

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La celebración evolucionó y con el tiempo se extendió en casi toda Europa. Había grandes fiestas en las calles, mascaradas y bebidas embriagantes.

Además, se acostumbraba realizar bromas, acción que cobró la vida de muchas personas, debido a los excesos en los que caían aquellos bromistas, movidos por el alcohol.

Al ser adquirida por los cristianos, esta celebración entró a los templos y se fusionó con la religiosidad. Se llevaba a cabo del 25 de diciembre hasta la entrada del año nuevo.

La Iglesia comenzó a discutir sobre la “degeneración y los vicios” que provocaba la “fiesta de los locos”, como la catalogó debido a lo grotesco de la celebración.

Al final, esta costumbre quedó reglamentada casi al término del siglo XIV y se redujo el periodo de celebración a un solo día, el 28 de diciembre (tomando como referencia el Día de los Santos Inocentes).

Se ordenó que las bromas pudieran realizarse, siempre y cuando su intensidad se redujera, a fin de evitar muertes y tragedias.

A Hispanoamérica la tradición llegó a través de los españoles.

Aquí adquirió nuevas facetas, como la de pedir prestado y no pagar, o pagar hasta el 2 de febrero, y la utilización de frases como “Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día a nadie debes prestar”.

POB/PSPL