Reparar ductos que han sido perforados para la sustracción de hidrocarburos “le cuesta” a Petróleos Mexicanos (Pemex) entre 120 mil y 250 mil pesos, de acuerdo con un informe del Instituto Belisario Domínguez (IBD) de la Cámara Alta del Senado.

En el reporte “Robo de hidrocarburos en México”, se explica que la reparación de una toma clandestina requiere 24 horas de trabajo, mismo tiempo que se interrumpe el suministro de hidrocarburo.

El IBD indicó que en 2014, Pemex erogó 45.3 millones de pesos en manos de obra para la reparación de los ductos; ese año, las composturas costaron 360 millones, se pagó 230.9 millones de pesos para sanear áreas afectadas por derramas y la interrupción de bombeo y transporte costó 1,356 millones de pesos.

Una de las alternativas planteadas para no suspender el suministro es el uso de pipas para transportar el combustible; sin embargo, Pemex ha dicho que por cada mil barriles de distribución se deben usar 12 autotanques y las ciudades pequeñas consumen entre 30 mil y 40 mil barriles al día.

El análisis hecho por los investigadores del IBD coincide que es inviable que Pemex use pipas para solventar los problemas de suministro pues implicaría mayor riesgo y costos.

Sobre el impacto de las medidas del gobierno federal para combatir el robo de combustible, el IBD concluye que el delito es un “problema que supera el ámbito económico y se ha convertido en un riesgo para la seguridad nacional”.


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La información muestra que las tomas clandestinas aumentaron sistemáticamente, en particular a partir de 2011, año en que casi se duplica el número respecto a 2010.

En ese año el número de ordeñas clandestinas pasó de 691 a 1,324, lo cual significó un robo equivalente a 2 millones 986,000 barriles de combustible.

POB/LFJ