El gemido durante las relaciones sexuales representa una manera de comunicarse entre las personas, o de expresar emoción y placer.

Muchas mujeres y hombres realizan este sonido sexual, pero no necesariamente lo hacen mientras tienen un orgasmo.

Según un estudio publicado en 2011, en Archives of Sexual Behavior, se descubrió que las mujeres tienden a hacer más ruidos, conocidos como “vocalizaciones femeninas copuladoras”, antes y durante el orgasmo de su pareja masculina, implicando que es una acción voluntaria.

Además, se reportó que el 66% de las mujeres hace gemidos simplemente para acelerar el orgasmo de su pareja y el 87% lo hace para aumentar su autoestima.

El estudio arrojó que las mujeres gimen durante el sexo al estar cansadas o incómodas para que el acto sexual termine más rápido, ya que saben que los hombres disfrutan de los ruidos que ellas hacen en la cama, los cuales son un estímulo para provocar el orgasmo masculino.

Sin embargo, también se descubrió que aquellas personas que gimen al tener relaciones sexuales tienen mayor satisfacción sexual que los que tienen sexo en silencio.


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Esto se debe a que la comunicación permite transmitir preferencias a la pareja que los hace sentir bien sobre sus habilidades sexuales, dando a entender que sus esfuerzos por complacer a su pareja han tenido éxito.

Asimismo, los gemidos pueden ayudar a que las personas involucradas en el acto consigan lo que quieren sin necesidad de decirlo, y con ello pueden llegar al clímax de manera más fácil durante el coito.

Las personas que hacen más ruidos en la cama tienden a ser menos aprensivas sobre la comunicación durante el sexo y se encuentran más confiadas y seguras de sus habilidades sexuales. Esto es que quienes hacen más ruido podrían ser mejores en el sexo.

 

POB/VSV