Nota del editor: Este contenido fue publicado originalmente en 2017, como parte del serial “Comercios de Nostalgia” y es de los contenidos más vistos en Poblanerías.com
Desde hace más de 60 años, en la calle 2 norte, entre la 12 y 14 oriente está Cemitas América, uno de los comercios de su tipo más antiguos de la ciudad.
El dueño del negocio es don Manuel Merlo Cuanalo, quien nació el 16 de abril de 1935 a un par de calles de su local, y que por mucho tiempo fue la carnicería de su papá.
A diferencia de las cemitas tradicionales como las de jamón o milanesa, las cemitas que prepara Don Manuel son de cabeza y fue el primero en hacerla.
Aprendió a preparar la carne en las taquerías de la Ciudad de México, cuando tenía solo 14 años.
En entrevista con Poblanerías, don Manuel recordó los inicios del negocio, como cuando abría la cortina a las 7 de la mañana y cerraba cerca de la 1 de la madrugada. En todo ese horario, él era quien preparaba las cemitas. Ahora, por su edad, sus hijos y nietos le ayudan.
Las cemitas de don Manuel fueron saboreadas por varios famosos, entre ellos Javier Solís y Verónica Castro.
La cemita más pedida es la de “surtido” que mezcla lengua, maciza y cueros con salsa verde, que es una receta especial de la casa.
Don Manuel habla de la competencia y dice que, aunque los precios son más bajos a los que él ofrece, no se comparan en calidad.
El hijo de don Manuel mencionó que durante las obras de pavimentación y adoquinamiento, los comercios pequeños de la zona vieron caer sus ventas. Esto, dijo, es un golpe “de muerte” pues es difícil pagar la renta e impuestos en una zona donde los vendedores ambulantes invaden las calles. Consideró que la intención es “desaparecer los changarritos” para convertir la calle en un corredor turístico.
A pesar de los contratiempos, desde hace 10 años, don Manuel prepara y regala la comida en la Iglesia de La Soledad en el Viernes Santo, después de la procesión. Junto a su esposa prepara grandes cantidades de comida para repartir primero a los participantes y después a todos los asistentes.
Cuenta que al inicio hacían para cien personas y actualmente para más de mil, todo esto financiado por su buena voluntad. Como apoyo cuenta con la donación de refrescos por parte de Coca Cola.
Don Manuel está consiente que su negocio se encuentra en una zona un tanto insegura, nunca han tenido ningún contratiempo o acto delictivo, pero ha visto que ocurren asaltos y robos en la calle. Su hijo cree que eso se debe a que don Manuel siempre ha tendido la mano para apoyar a los demás y la gente del rumbo le tiene cariño.
—
POB/LFJ