La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) está convocada para iniciar sesiones este viernes 4 de agosto en Venezuela. Mientras tanto, Jorge Mario Bergoglio, líder de la Iglesia Católica, emitió un comunicado a través de su Secretaría de Estado para condenar la crisis que vive el país latinoamericano.
El Papa Francisco, criticado en los medios por haber permanecido en silencio durante el último mes, pidió a Nicolás Maduro suspender "las iniciativas en curso como la nueva Constituyente que, más que favorecer la reconciliación y la paz, fomentan un clima de tensión y enfrentamiento". En el mensaje, El Vaticano también señala que la ANC "hipoteca el futuro" de los venezolanos.
Otra parte del texto, que consta de tres párrafos, dice lo siguiente:
La Santa Sede manifiesta nuevamente su profunda preocupación por la radicalización y el agravamiento de la crisis en la República Bolivariana de Venezuela, por el aumento de los muertos, de los heridos y de los detenidos".
En octubre del 2016, El Vaticano intentó establecer un diálogo diplomático con Venezuela como respuesta a la crisis. Finalmente, los intentos no se concretaron debido a que el régimen de Maduro canceló un referéndum revocatorio.
Luego, en diciembre, la Santa Sede firmó una carta estableciendo tres puntos clave para la paz en Venezuela: 1) apertura de un canal humanitario, 2) liberación de los presos políticos y 3) establecimiento de un calendario electoral. Por su parte, Jorge Urosa, arzobispo de Caracas, defendió las acciones del Papa Francisco con estas palabras reportadas por Clarín:
[El gobierno de Maduro] quiere presentar al Papa como un amigo y a nosotros los obispos como adversarios del régimen.
Nosotros estamos con el pueblo venezolano que sufre mucho, estamos muy unidos al Santo Padre y queremos rechazar esta manipulación que ha querido hacer el gobierno".
Nicolás Maduro no se ha pronunciado respecto a las exigencias de El Vaticano.
POB/PSPL