OPINIÓN: La política ficción del 2018

La política ficción nos alcanzará para un show de tres pistas donde lo más burdo es una clara negociación para la liberación de Elba Esther.

Alquimia de Poder

En la ruta de unas desangeladas precampañas, no podemos ignorar el sensor ciudadano donde aspirantes a candidaturas adolecen de credibilidad y caen en los actos demagógicos que están muy lejos de conectar con los segmentos de una sociedad eclipsada por el desencanto.

Resulta grotesco y falso escuchar hablar a los presidenciables lo mismo que a suspirantes de la aldea local, sobre sus ganas de un “cambio” cuando en términos reales siguen haciendo lo mismo, incluso, abusan de todo aquello que critican a sus adversarios.

Cuántos de estos candidatos en corto se ufanan del poder que dan los grupos de empresarios que los apoyan, confían en amarrar “la buena” porque están cerquita “de”, confían en que el novio o amante las haga llegar hasta la semifinal y por eso se alistan a dejar las curules. Otros, se disfrazan de ciudadanía pero quieren enganchar una etiqueta que los catapulte como auténticos ciudadanos, cuando en la orfandad de sus inseguridades y egos rotos, se obsesionan con un puesto aunque tengan que soportar a los “chairos”, cucarachas, nacos, plebe –como llaman a las bases de López Obrador–.

Así con este festín de inmundicias políticas, estamos arrancando un año electoral donde nadie se salva del azufre demoniaco que salpicará en las próximas semanas para poner al descubierto vida personal, conversaciones telefónicas, raros financiamientos y hasta hijos ilegítimos.

Cómo darle a un país y a un estado como Puebla la certidumbre de cambios, cuando todo gira en torno a los grupos de la elite política que siempre van a negociar cambios, adhesiones, alianzas, triunfos o derrotas.

Muchos le siguen apostando a una sociedad que desafortunadamente sigue dormida y usan su membrete para cubrir los disfraces de juniors que de pronto se erigen independentistas pero son simples marionetas que sirven y responden a propósitos muy bien definidos.

La delincuencia bien organizada también se haya en la falta de escrúpulos que ven en la política una forma para asaltar las urnas y pedir esos votos que los lleven a ser mantenidos de un sistema y un partido por más de seis años,

Muchos de estos nefastos suspirantes se frotan las manos a la hora de hacer sus números y sacar cuentas de cuánto ganan con una derrota o con una buena negociación.

La política ficción nos alcanzará para un show de tres pistas donde lo más burdo es una clara negociación para la liberación de una corrupta líder magisterial como Elba Esther Gordillo.

Y nos sigue alcanzando para observar en Puebla el juego de los alfiles rebeldes en el PAN, donde el show se intensificará en enero próximo. Y qué decir de los priistas con un Lastiri que se erige como el perfecto traidor para concretar negociaciones o de un antipático Doger que sigue obsesionado con Casa Puebla y que a solas seguramente sabe que difícilmente se le hará.

Y qué decir de Morena donde los usurpadores hacen mella de las inconformidades que los llevan a reconocer en corto que las citadas encuestas son sólo pantalla, porque el dedo de AMLO sigue siendo el efectivo.

Así de este tamaño cerramos 2017 con muchas indefiniciones. Seguramente varios de los que ahora se promueven intensamente, tendrán que morder el polvo y esperarse “para la otra”. Política ficción que nos lleva a mirar la descomposición política difícil de disimular en las urnas.

Alquimia de Poder y en particular como directora de Mediatikos Consulting les deseo un buen cierre de año con mucha reflexión para darse el tiempo de cambiar aquello que esté en nuestras manos.

Feliz Navidad y que el 2018 tengamos las ganas y el ímpetu no sólo de proponer sino de concretar un buen aporte desde la trinchera donde trabajemos.

@rubysoriano

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POB/LFJ