El 31 de enero se pudo observar la coincidencia cuatro fenómenos astronómicos, relacionados con la luna, una coincidencia que no sucedía desde hace 152 años.

La superluna coincidió con una “luna azul”, al tiempo que también ocurrió un eclipse lunar por el que el satélite se torna rojizo, fenómeno que se conoce como luna de sangre.

El fenómeno no pudo ser observado las regiones al sur del ecuador y solamente se mostró en su totalidad en la región de Asia y Europa del este.