Un trabajo reciente codirigido por Amy Muise, Ulrich Schimmack y Emily Impett, psicólogos de la Universidad de Toronto (Canadá), concluía que un vínculo erótico-afectivo promueve en efecto nuestra felicidad, pero que esta no aumenta cuando se multiplica el número de coitos u otras prácticas sexuales.
A partir de una frecuencia de una vez por semana, los individuos ya no notan un incremento en su satisfacción vital. La felicidad no es cosa de números, dicen los investigadores.

Subrayan que, la sociedad cree que mientras se cuantifique, es decir, mientras más ejercicio se haga, más dinero se tenga o más amigos se hagan, se conseguirá acrecentar la felicidad.
La sexualidad, al igual que otros elementos del bienestar, no funciona de esa manera. Lo que hace dichosas a las personas, según este estudio, es la conexión con el otro y el disfrute cotidiano del erotismo, no la cantidad de orgasmos por semana.
Los autores de la investigación entrevistaron a más de 30, 000 personas que mantienen relaciones estables y no buscan un encuentro pasajero.
A partir de las encuestas no se puede saber si las parejas son felices porque lo hacen una vez a la semana o, al contrario, si mantienen esa regularidad porque se encuentran bien.
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POB/WPR