El 2 de febrero termina el ciclo de la Navidad en México y es una tradición popular que este día, que se celebra a La Candelaria, se “vista” una imagen del Niño Jesús y se lleve a bendecir.

“Ahora los padres no quieren que vistan de Santos a los Niños Dios, piden que se vistan como bebes”, comenta Esperanza Esqueda, propietaria local de Bordados San Juan de los Lagos, ubicado en la 10 oriente 5, en el centro de la ciudad de Puebla, quien desde hace 45 años se dedica a vender la ropa para vestir al Niño Dios.

Desde temprano, varias usuarias ingresan al local para elegir un vestido para su Niño Dios; ellas comentan:

Los niños no deben vestirse de futbolistas, eso es fanatismo. Pueden vestirse de doctor, pues sí existe el Niño Doctor, que se encuentra en Tepeaca, incluso se puede vestir del Niño de Atocha.

Silvia Macías Esqueda, quien ayuda a vestir a los Niños Dios, platica que hay clientes que han llevado figuras de hasta 100 años de antigüedad; incluso hay quienes llegan de otros países.

Los tratan como si fuera un hijo, lo cuidan, lo protegen y le hablan para preguntarle si le gusta su ropa.

Además, Edgardo Macías, otro trabajado del lugar, comenta que hay muchas niñas y personas devotas que van a buscar ropa para vestir a la Pequeña Infanta, una representación de la Virgen María; y que, aunque no es muy conocida, en la Catedral de Atlixco hay una representación de ella.

La tradición de La Candelaria

El Día de La Candelaria es una de las conmemoraciones más antiguas de la religión católica, en la que se cumple la cuarentena de la Virgen tras haber dado a luz al hijo de Dios; por esa razón el elemento emblemático es la candela bendecida.


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Este día, María es celebrada como “La Virgen de la Candelaria”, cuyo nombre viene de la bendición de las velas, también llamadas candelas. En 1497, Alonso Fernández de Lugo celebra esta primera fiesta, un 2 de febrero en Tenerife, una de las islas Canarias, perteneciente a España, que es el lugar donde apareció la  “La Virgen María de La Candelaria”.

La Festividad se transformó a inicios del siglo XX, y aun no se sabe cuándo empezó la costumbre de vestir al Niño Dios, lo cierto es que es una herencia de los ropajes que realizaban las monjas en los conventos de la época virreinal.

Apadrinar y vestir al Niño Dios

En México, el compromiso social de “apadrinar al niño”, inicia con la celebración del 6 de enero, que en la religión católica representa la búsqueda de Jesús por parte de Herodes. Este día se come la Rosca de Reyes.

El encontrar el “muñequito” dentro del pan significa comprar los tamales y el atole para el 2 de febrero, que es cuando se presenta al niño en la iglesia con un vestido.

Ser padrino del Niño Dios implica vestirlo con ropa nueva para el año, después llevarlo a la iglesia para que lo bendiga el sacerdote y –posteriormente– regresarlo a casa y guardarlo hasta la próxima Navidad, cuando se le arrulla para ponerlo en el Nacimiento.

Vestimenta del Niño Dios

Actualmente, se ofertan diversas de prendas. Los fieles de la tradición dicen que al niño Dios se le tiene que vestir de bebé, pues es un recién nacido.

Los creyentes agregan que no se le debe vestir, ni de santo (San Juan Diego o San Juditas) ni de Papa, porque “son los santos quienes buscan parecerse a Jesús y no al revés”.

Tampoco se le tiene que vestir de charro o futbolista, mucho menos de “Santa Muerte” pues esto es contrario a la fe católica.

Los fieles opinan que se tiene que tratar a la imagen con reverencia, que el Niño Jesús no es un muñeco, por ello merece un especial respeto.

El Niño Dios puede ser una figura de yeso o madera. La tradición dicta que:

  • El primer año se le viste de blanco
  • El segundo de beige
  • El tercer año de colores
  • Los siguientes años ya puede tener trono y corona; se le puede vestir como el Señor de la Divina Misericordia, el Sagrado Corazón, Cristo Rey, el Buen Pastor.

Tradición en México

La celebración se hereda a México a través de los españoles después de la conquista.

La fiesta de La Candelaria coincidía con la fecha en que los pueblos nahuas llevaban mazorcas a sus templos a para que fueran bendecidas y posteriormente sembradas, según Fray Bernardino de Sahagún.

Fue así como la ofrenda de maíz a los dioses se transformó a en ofrenda para el Niño Dios o a La Virgen de la Candelaria.

 

 


POB/LFJ