Thomas Scior, investigador de la Facultad de Ciencias Químicas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), creó nuevos antigripales que fueron patentados.

En un comunicado, la BUAP explicó que este hallazgo deriva de las investigaciones realizadas en 2009, año del brote de la influenza A (H1N1), que provocó el deceso de 18,337 personas a nivel mundial.

En México, este virus ocasionó 1,032 muertes y se confirmaron 72,233 casos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud.

Bajo este contexto, la BUAP convocó a sus investigadores a participar en diversos frentes contra esta contingencia médica, desde la atención hospitalaria hasta cómo vigilar la pandemia a través de modelos matemáticos.

Entre ellos, el farmacéutico Thomas Scior se encargó del desarrollo de un nuevo antiviral.

En su laboratorio de Simulaciones Moleculares Computacionales, el científico de origen alemán diseñó las moléculas con estructuras totalmente diferentes de las substancias ya comercializadas, al buscar imitaciones de las moléculas naturales (virales y humanas) que juegan un papel clave en el desarrollo de la infección gripal.


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Los antigripales orales comerciales se caracterizan por un elevado costo de síntesis total y una producción muy lenta frente a una demanda en periodos de epidemias, debido a sus estructuras moleculares complicadas.

Para reducir el tiempo entre brote y respuesta fármaco-terapéutica, el doctor Scior propuso nuevos antivirales de estructuras más simples, de fácil y rápido acceso por ser una síntesis de pocos pasos, con el efecto colateral deseado de una producción de bajo costo y abastecimiento discontinuo conforme a la demanda.

Lo anterior fue posible gracias a las simulaciones en computadora con modelos moleculares por parte del investigador de la FCQ, quien observó los posibles efectos biológicos, farmacológicos y de toxicidad de las moléculas propuestas.

El doctor Thomas Scior destacó que se necesitan moléculas antigripales con administración oral en forma de jarabes, cápsulas o tabletas que actúan en caso de contagio, como terapia causal, y no como remedio adyuvante (cura de síntomas) o profiláctico (vacunas).

Agregó que algunos antigripales orales están en el mercado pero dada sus estructuras moleculares complicadas su producción industrial resulta muy lenta y costosa. Además, se ha desarrollado resistencia viral y ello aumenta la necesidad de contar con otros antivirales efectivos.

 

 


POB/LFJ