El Cerro de Amalucan es un pulmón verde y un punto de reunión familiar, y alberga también el sitio más grande del Calle Central de Puebla con una estructura arqueológica de forma piramidal que, se presume, fungió como un área habitacional y un centro ceremonial amurallado en la cúspide.
El análisis de la zona ha permitido encontrar un área que fue ocupada como conjunto ceremonial, así como entierros humanos con ofrendas que indican una temporalidad aproximada del 200 a.C al 600 d.C.
El gobierno del estado emprendió el rescate del lugar mediante el proyecto Parque de Amalucan, gracias a la donación de 74 hectáreas que hizo la familia Petersen, el centro INAH Puebla inició la exploración y conservación de los mismos.
El gobierno de Puebla informó que se han plantado 3,600 árboles de distintas especies y se han implementado técnicas de captación y filtración de agua para rehabilitar el suelo del cerro.
El Parque Amalucan también ha devuelto la tranquilidad a los vecinos de la zona que, si bien ya usaban el cerro como área deportiva y de esparcimiento, también requerían mayor seguridad.
El Parque Amalucan se compone de distintas áreas culturales, deportivas y de esparcimiento que incluyen un lago artificial, un bioestanque, teatro al aire libre, canchas, senderos, asadores, miradores, juegos infantiles y módulos de lectura.
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POB/PSC