El Coloquio de los Perros
Las mujeres que se dedican a la prostitución son un negocio para varios segmentos de la población. Padrotes, policías, autoridades, delincuencia organizada y desorganizada.
Un negocio ilícito que a muchos beneficia menos a ellas. No hay condiciones de seguridad para ejercer su oficio; insultos, maltrato, violencia, explotación, se sobreponen a cualquier trato humano, decente y digno.
Algunas zonas del centro de Puebla han crecido económicamente y son guarida para que ellas, las mujeres que se dedican a vender su cuerpo, sean explotadas y presas del abuso.
Cómo no recordar, aquellas zonas de tolerancia en Puebla, una en el Barrio de Antonio, después, otra en la Noventa Poniente, que con mayor control y seguridad, concentraba sí a las prostitutas, pero también brindaba seguridad a quienes se aventuraban a pasar horas nocturnas de placer y regocijo.
Pero eso se acabó hace más de cincuenta años. Y la actividad de intercambio de favores carnales se descompuso y la ilegalidad y abuso de las damas creció y fueron presa del negocio de pelafustanes y malandrines.
Hoy, a través de la Unificación de Sexo Servidoras del Estado de Puebla, piden, exigen, como lo hacen con cada gobierno, que las incorporen a la legalidad, que se destine un sitio para la zona de tolerancia y que reciban un trato digno por parte de las autoridades.
¿Será mucho pedir?
Ahora es el turno de la izquierda resolver sus demandas.
@luisenriquesf
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POB/PSC