El arribo de parte de la Caravana Migrante a Puebla, fue sorpresiva. Según Gustavo Rodríguez, párroco de la iglesia de la Asunción, ubicada en la capital, fue la noche del sábado cuando recibieron la noticia de que un grupo de migrantes sí pasaría por Puebla.
Más de mil personas llegaron antes de la media noche; unos ocuparon el albergue del Polideportivo Xonacatepec, otros quedaron la Iglesia de San Juan de los Lagos y el resto fue para la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Fue en esta última Iglesia donde durmieron 510 migrantes, la mayoría de origen hondureño, quienes usaron el piso para tender colchonetas y descansar luego de 26 días de recorrido. Ya por la mañana, arribaron al lugar paramédicos, voluntarios, autoridades y también una pareja que iba a casarse.
Se trata de Janet y Cristofer Issac, una pareja que tenía algo en particular: ella poblana, él hondureño. El novio migró a México desde hace 15 años y desde hace 12 vive en Puebla. Aquí conoció a la mujer con quien desea pasar el resto de su vida y justamente se han casado teniendo a la caravana de testigo.

Para el enlace, el Altar de la iglesia fue trasladado a la parte de afuera de la iglesia, hasta donde llegaron los novios, en medio de la multitud migrante. El padre Gustavo Rodríguez, quien ofició la misa, les agradeció por haber celebrado el matrimonio aun cuando la caravana había arribado y recordó que también Jesús fue migrante.
La mayoría de quienes presenciaron la boda eran invitados y vecinos de la junta auxiliar, que domingo a domingo acuden a la misa.
Tras la ceremonia, los novios caminaron entre colchonetas para llegar a la imagen del Cristo en la cruz. Ahí, entre los migrantes, hicieron las fotos de la boda con familiares y amigos. Los invitados se veían sorprendidos de la cantidad de migrantes que ahí estaban.
Alrededor, varios miraban y les echaban porras a los novios. “Mira que bonita se ve de blanco”, decían.

Janet y Cristofer contaron a Poblanerías que ellos supieron del arribo migrante la noche del sábado. “Aquí estuvimos recibiéndolos”, contó el novio. “Yo soy hondureño y está bien apoyarlos a ellos, así como a mí me han ayudado.”
“Dios nos ama a todos y aquí está la prueba, para todos hay un huequito; hasta para nuestra ceremonia hubo uno, eso fue lo importante”, fue la reflexión que hizo la novia.
Luego de unos minutos dentro de la iglesia, los novios se fueron a disfrutar de su fiesta.
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POB/LFJ