Diputados integrantes de la Comisión de Hacienda y Patrimonio Municipal dictaminaron no autorizar al gobernador Antonio Gali Fayad la venta del inmueble conocido como El Hospicio.

Con cuatro votos en contra del dictamen de decreto, que envió el titular del Ejecutivo, uno a favor y una abstención, se dictaminó y será el miércoles 14 de noviembre en sesión del pleno, cuando se ponga a consideración de los 41 diputados.

En su intervención los diputados del bloque legislativo Juntos Haremos Historia, señalaron que “no serán tapadera de aquellos funcionarios que actuaron de manera irregular”.

Por eso hoy estamos aprobando el dictamen en contra, pues será la próxima administración municipal encabezada por Claudia Rivera Vivanco quien informe las condiciones en las que está el edificio histórico.

Por su parte, los integrantes de la fracción parlamentaria de Acción Nacional, mostraron su inconformidad a la decisión de declarar “improcedente” la propuesta de Gali Fayad.

En septiembre pasado, el gobernador envió el dictamen por el cual solicitaba la aprobación para enajenar el inmueble histórico marcado con el número 710 de la Avenida Reforma, en donde albergaba en la administración marinista, las oficinas del Instituto para la Asistencia Pública del Estado de Puebla (IAPEP), de la Secotrade y la Casa del Niño (orfanato).

En los argumentos de la iniciativa, Gali Fayad expone que el artículo 31 de la Ley General de Bienes del Estado establece que:


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Los bienes propiedad del Estado no destinados a un servicio público o que no disfruten de iguales privilegios que aquellos que si lo están, pueden enajenarse, siempre que no existan razones que impongan la necesidad o la conveniencia de conservar dicho bien.

Por tal motivo se considera que, con base a un dictamen de Protección Civil, en donde se indica que los materiales con que fue construido el inmueble de 13,367.69 m2 y de construcción de 17,666.39 m2, específicamente el área que se pretende enajenar –que son 7, 223 m2– no es apta para su uso, pues presentan daños estructurales evidentes y que la vida útil de los materiales con que fue construido han llegado a su fin.

Además –señala– no es factible para su uso, por lo que exhortó a mantener esas áreas desocupadas por el riesgo y la vulnerabilidad a la que están expuestas la integridad del inmueble y de las personas.

 


POB/PSC