El 14 de noviembre de 1974, la Cámara de Diputados aprobó la Igualdad Jurídica para la Mujer, en la que se le reconocieron sus derechos para participar y ser elegida a puestos públicos y de representación popular.
Tiempo atrás, a la par de la creación de la Constitución Política de 1917, los derechos jurídicos de las mujeres no eran reconocidos.
Un texto de María Delgadina Valenzuela Reyes, publicado en la Revista Latinoamericana de Derecho Social, señala que el derecho mexicano se caracterizó por mantener “una situación de desigualdad de la mujer en relación con el hombre”, incluso, en la época colonial, se establecía “la inferioridad legal de la mujer”, y siguió vigente hasta la expedición de la Ley de Relaciones Familiares de 1917.
Hoy, 44 años después, las mujeres siguen luchando para que la paridad sea respetada en ámbitos políticos y electorales. Y, aunque la representación femenina esté casi al 50% en varios partidos, la igualdad va más allá de eso.
Norma Estela Pimentel, abogada e integrante de la Barra de Abogados capítulo Puebla, comenta para Poblanerías en línea sobre el reconocimiento, las brechas y la lucha que mantienen las mujeres poblanas.
¿Cómo ha evolucionado la igualdad jurídica de la mujer?
Lo que vemos es que, si bien es un tema que está en las agendas públicas, que parece estar causando cierto impacto en familias o escuelas, todavía existen muchos tabúes alrededor. En materia académica, no contamos con una materia en las currículas de derecho, y en ninguna existe una materia enfocada a este tema.
El tema de equidad de género, de igualdad, no es solo de mujeres; al contrario, es algo que nos beneficia a todos, entonces también hay abogados, doctores en derecho que comienzan a especializarse en esto.
Odio la palabra “voluntades políticas”, pero tristemente así es. Cuando a las autoridades estos temas no les interesan, ni siquiera podemos empezar a sensibilizar y luego a planear y asignar recursos para que se puedan realizar esas políticas públicas en favor de la igualdad jurídica de la mujer.
¿Cuáles son las estrategias que se han realizado para garantizar la igualdad jurídica en Puebla?
Cuando se habla de igualdad, lo primero que se visibilizó fue la participación política y se crearon estas figuras de la cuota de género, después evolucionó al concepto de paridad y es lo que hoy permitió candidaturas en equilibrio y que se alcanzó casi la paridad de participación. Eso no es igualdad. La igualdad, en realidad, tendría que ocurrir de manera natural.
Si se empieza a rascar un poco en el tema de igualdad, sí, ya es una ventaja pensar que tenemos mitad de legisladores y mitad de legisladoras. Pero, ¿qué pasa en el Poder Judicial? El fin de semana, la Red Plural de las Mujeres de Puebla, de la que formo parte, presentamos una propuesta al Congreso del Estado para que se incorpore el principio de participación de paridad en el Poder Judicial.
Tenemos que capacitar al Poder Judicial. Hay un protocolo a nivel nacional para juzgar con perspectiva de género para que los jueces sean sensibles al tema y luego lo aterricen. Hay veces que se dice que las mujeres quieren hablar de la violencia que les ocurre en la casa, en la calle o en el trabajo, pero la violencia también ocurre cuando un juzgador no tiene perspectiva de género y, al momento de evaluar las pruebas, disminuye las pruebas aportadas una contraparte femenina o una abogada.
Hay malas prácticas de hostigamiento y actos de corrupción que se desarrollan cuando las agentes, las representantes de un derecho son mujeres.
En lo legislativo, en Puebla tenemos al rededor de 10 iniciativas que se han presentado por diferentes colectivos ciudadanos y que abordan la violencia política de género, así como adecuaciones al tema de feminicidio, a la legalización del aborto y para introducir la figura del ciberacoso, pero desgraciadamente, el debate es si están bien hechas o no, más que llevarlas a la práctica.
¿A qué se enfrenta una mujer víctimas de un delito quiere denunciar?
En el caso de Puebla, a través de la Barra, habíamos visibilizado que, en el caso de ministerios públicos y la atención en Fiscalía, se habla que se capacita con perspectiva de género pero después ya no se evalúa.
A la Fiscalía le hace falta la creación de fiscalías especializadas y la aplicación de protocolos para la atención a víctimas.
Hacen falta instalaciones instalaciones adecuadas. No es lo mismo un espacio confortable, donde te puedes sentir cómodo para narrar algo tan delicado como lo es una violación o lesiones. Esas son las situaciones más delicadas.
El lenguaje incluyente de la Constitución
¿Cuál es uno de los antecedentes para lograr la igualdad entre hombres y mujeres? El lenguaje.
Nuestro lenguaje todavía representa un sesgo machista. Desafortunadamente muchos roles y asignaciones que ya no están ‘ad hoc’ en la temporalidad vigente. Por eso, es necesario incorporar estos manuales y protocolos para lenguajes incluyentes, que va enfocado a reconocer nuestra dignidad.
No es posible que el artículo 4 de la Constitución hable que “el varón” y “la mujer” son iguales ante la ley y luego lo vincule al reconocimiento de estos derechos desde el enfoque de la materia familiar, cuando sabemos que los retrasos para alcanzar la igualdad entre hombre y mujer son en otras materias.
Por eso, es necesaria una revisión del contenido y lenguaje sexista que se establece en el documento jurídico más elemental que es nuestra Constitución Política.
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POB/LFJ