OPINIÓN: Hacer comunidad, una opción para construir a Internet

Cuando la distancia o las condiciones del terreno hacen que la conectividad sea difícil, las redes comunitarias surgen como una opción viable.

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Para muchas de las personas que habitan en centros urbanos, conectarse a Internet representa un trámite. Básicamente, se trata de contratar la conexión con alguno de los proveedores disponibles, esperar a la instalación del equipo y pagar la factura mes con mes. Sin embargo, para poco más de la mitad de la población mundial, esto ni siquiera es una opción.

En algunas localidades, la conexión a Internet resulta imposible de costear. La infraestructura y las opciones de servicio se encuentran disponibles, pero para algunas personas el costo es prohibitivo. En otros lugares, las opciones para conectarse simplemente son inexistentes.

Cuando la distancia o las condiciones del terreno hacen que la conectividad sea difícil, las redes comunitarias surgen como una opción viable. Se trata de proyectos desarrollados, instalados y operados por los habitantes de cada localidad. En pocas palabras, se trata de Internet hecha por las personas, para las personas de distintas partes del mundo.

América Latina es una de las regiones en las que este tipo de desarrollos ha destacado de manera importante. Por eso, ha sido natural que los colectivos que desarrollan redes comunitarias en la región se reúnan de manera cotidiana para intercambiar experiencias y discutir temas que ayuden al desarrollo de sus redes.

Del 24 al 28 de octubre, algunos de estos colectivos se reúnen en Fusagasugá, una localidad ubicada en Cundinamarca, Colombia, para celebrar la Segunda Cumbre Latinoamericana de Redes Comunitarias. Además de organizar una jornada abierta en la Universidad de Cundinamarca, los colectivos están llevando a cabo sesiones privadas de trabajo en las que discuten temas relevantes para sus proyectos.

Al conversar con las personas que asisten a la Cumbre, resalta un elemento clave: la importancia de hacer comunidad. Es claro que las soluciones técnicas, financieras y regulatorias son indispensables para el despliegue de una red. Sin embargo, el reconocimiento de la comunidad tiene el mismo grado de importancia, incluso más.

Una vez que la red está instalada, su plena utilidad es alcanzada cuando los habitantes se apropian de la tecnología, ya que es en ese momento en el que Internet aporta valor a la vida de las personas. Vale la pena tener en cuenta que el despliegue de las redes no se hace con el fin de mejorar las estadísticas, sino para impactar de manera positiva la vida de las personas y de las comunidades; es ahí cuando la formación de comunidad resalta como el elemento que consolida la sostenibilidad de una red.

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Israel Rosas es analista de políticas de Internet que se desempeña en la intersección entre tecnología y comunicación, con experiencia en procesos regionales y globales. Es egresado de Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica por el Instituto Politécnico Nacional.


POB/LFJ