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El jueves 23 de enero, decenas de agentes de la Guardia Nacional replegaron con gases lacrimógenos y antimotines a la caravana migrante que llegó a la carretera entre Ciudad Hidalgo y Tapachula, en Chiapas.

Los encuentros entre las autoridades mexicanas y los migrantes comenzaron desde el 18 de enero, cuando un contingente centroamericano trató de cruzar por el Puente Internacional Rodolfo Robles, construido sobre el río Suchiate.

Ante este hecho, el puente fue cerrado para evitar un paso desordenado. El Instituto Nacional de Migración (INM) determinó que la caravana debía separarse en grupo de 20 personas para que fueran atendidas por los agentes con base en la Ley de Migración y su Reglamento.

El 20 de enero, la caravana intentó cruzar de Guatemala hacia México por el río Suchiate, ahí la Guardia Nacional lanzó gases lacrimógenos para impedir el paso. Aún así, más de 500 migrantes cruzaron y llegaron a Ciudad Hidalgo, Chiapas.

En un comunicado, el Instituto Nacional de Migración (INM) informó que tras operativos, 402 personas fueron detenidas y trasladadas a sus instalaciones donde se determinó su deportación. Según el INM, 58 se internaron “por caminos no seguros” de la zona selvática” y 40 más decidieron regresar a la frontera con Guatemala.

Sin embargo, la situación se repitió este 23 de enero cuando un grupo de más de 800 centroamericanos cruzó por el río Suchiate durante la madrugada, pero la Guardia Nacional impidió que siguiera su paso entre Ciudad Hidalgo y Tapachula. Usando gases lacrimógenos, contuvo al grupo que respondió “¡Queremos paz, queremos paz!”.


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¿Qué dice el gobierno mexicano?

En la conferencia mañanera del 24 de enero, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, opinó que la Guardia Nacional había actuado “muy bien” y sin utilizar la fuerza, pues no existían reportes de lesionados.

“Muy bien la Guardia Nacional, muy bien, resistiendo, no utilizando la fuerza, nada más aguantando (…) han hecho un muy buen trabajo”, declaró.

Dijo que más de mil migrantes que fueron engañados con la idea de que podrían cruzar a México sin problema, pero el INM ha realizado el retorno asistido “respetando los derechos humanos”.

El 17 de enero, López Obrador dijo que había cuatro mil empleos disponibles en la frontera sur para los migrantes. El ofrecimiento es para que los migrantes se queden en la región sur ya que no se otorgarán visas, según declaró la secretaria Olga Sánchez Cordero.

Un testimonio migrante dijo que de los empleos ofrecidos por el gobierno federal, se tendrá una paga de entre 180 y 250 dólares al mes (3300 y 4,600 pesos) cuando el salario mínimo mensual de Honduras es de 400 dólares (8,000 pesos, aproximadamente).

¿Por qué migran los hondureños?

Principalmente por situaciones de inseguridad en su país, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en Honduras desde 2002 hasta junio del 2019 hubo 79 mil personas muertas por violencia en el país, lo que representa 12 muertos por día.

Los grupos más vulnerables acorde a Human Rights Watch son:

  • Periodistas
  • Ambientalistas
  • Grupos LGBT+

Añadido a los casos de violencia, la Policía Hondureña también presenta graves problemas internos, durante el 2017 y 2018, en un programa de depuración realizado por el gobierno hondureño de Juan Orlando Hernández, de los 10 mil elementos policiacos disponibles 5,000 fueron relevados de su cargo por abuso de poder, situaciones de violencia o cooptación con el crimen organizado. Al salir está cifra en abril de 2018 aún había 1,300 expedientes abiertos por el programa de depuración en la policía hondureña.

Además de la inseguridad, la pobreza también es factor, acorde al Instituto Nacional de Estadística de Honduras, el 2018 arrojo que el 61% de su población está en situación de pobreza, de ellos el 38% en pobreza extrema.

Honduras además tiene una de las canastas básicas más caras de Centroamérica, con un valor de $360 dólares ($6775.92 pesos mexicanos). Esto con un salario mínimo mensual de US$272, aproximadamente.

Como último dato el 24% de la población hondureña en la edad entre 24 y 30 años, no tienen ni trabajo, ni se encuentran estudiando.

 

 


POB/LFJ

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