Brenda llegó hace más de un año Alemania. Estuvo 10 meses trabajando como niñera, en el programa de la plataforma Au-Pair, y desde octubre de 2019 inició una maestría en artes en el Internacional Media Cultural Work. También estuvo dando clases de español, pero ese empleo fue suspendido y sin paga, por la pandemia.
En su maestría tiene trabajo como becaria, se encarga de apoyar a los estudiantes extranjeros y preparar documentación para ellos, labor que actualmente realiza desde casa, es decir, “home office”.
Al momento de entrevistarse con Poblanerías, ya había cumplido 56 días de confinamiento.
Tener las clases en línea, un empleo con sustento económico suspendido indefinidamente, y una tercera actividad realizada desde casa, son factores que hacen una situación estresante, en el día día.
El contacto, lo que más extraña

En la vida pre-COVID, ella llamaba a su casa, vía FaceTime, unas dos veces por semana. Al iniciar la situación del coronavirus, incrementó a diario. En ese momento contaba con algo de tiempo, pues estaba de vacaciones; ahora que su nuevo semestre inició clases, volvió a bajar la frecuencia de las llamadas.
Brenda vive en una casa compartida, tiene compañeros, sin embargo los ve poco y muchas veces se siente sola. Los amigos que tienen en Alemania se encuentran en otra ciudades.
Relata que ha tenido días maravillosos, que no imaginaba tener en una crisis de estas dimensiones, pero también ha padecido días muy duros.
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Las cosas buenas, cuenta, han sido muchas: como retomar el contacto con algunos amigos vía on line, y cultivar nuevas amistades; hacer compras sabiamente, comer mejor, tener tiempo para cocinar en forma y hornear.
Sin embargo, aunque por momentos estar sola le sienta bien y cuenta con las herramientas tecnológicas para estar en contacto con sus amistades, no verlos físicamente, sí le ha afectado. De hecho, algo que menciona con especial pesar, es no tener una pareja por el momento.
También ha aprovechado el tiempo para escribir, hacer algunos arreglos en casa, incluso hacer yoga casi diario. Y algo que destaca: encontrar amor a caminar en el bosque por horas.
De hecho, Brenda afirma que todo esto le ha servido para trabajar en su salud mental, aprender cosas para las que normalmente no tiene tiempo, y eso hace que trabaje en ella misma.
Y lejos de México

Sobre la situación de salud, Brenda hace un comparativo entre la situación de Alemania y la de México. Afirma que no le preocupa estar lejos de su casa mexicana, porque en aquí ni siquiera tiene seguro y en Europa sí.
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Por el momento no tiene planes de regresar a México, salvo que sea de visita. De hecho ella prefiere estar en Alemania, porque sabe que la situación actual es pasajera.
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POB/JCSD