Rumbo al Ariel 2020: Cortos documentales

Todas recurren al movimiento como tema, nos sitúan en lugares muy específicos con planos generales en las primeras tomas y, finalmente, los cortos son obra de directores ya galardonados.

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La apreciación cinematográfica tiene una alta dosis de subjetividad. Por eso los premios no deben verse como un aval a las mejores producciones (¿qué es lo mejor y para quién?); más bien, deben entenderse como una plataforma. Una plataforma para que el público se acerque a trabajos que, sin nominaciones a tal o cual galardón, seguramente pasarían desapercibidos.

Esta semana lo invito a usted, querido lector, a revisar tres cortos documentales candidatos al Ariel. Son películas que comparten fibras: Todas recurren al movimiento como tema, nos sitúan en lugares muy específicos con planos generales en las primeras tomas y, finalmente, los cortos son obra de directores ya galardonados.

El primero en la lista es Abrir la tierra de Alejandro Zuno, que cuenta la historia de una madre dedicada a buscar a su hijo víctima de desaparición forzada en el puerto de Veracruz. La madre, Perla Damián, recorre fiscalías y estaciones de policía tratando de dar con el paradero de Víctor, del que no tiene noticias desde hace siete años.

El lenguaje visual de este filme es todo un deleite. La cámara, a cargo de Ximena Amann, escanea las carreteras y el puerto en efectivos travellings. Es decir, la cámara montada sobre un vehículo camina los paisajes veracruzanos, así como Perla va de un lado para otro con la esperanza de dejar el infierno en la Tierra. La búsqueda es un vaivén que se ve reflejado en cómo está narrada la película.

Otra serie de tomas geniales tiene lugar cuando la cámara se dirige a la Fiscalía Regional. Una toma abierta concluye en un acercamiento del lugar; así, tras los cristales de la entrada, el espectador ve imágenes de jóvenes desaparecidos por los que se ofrece una recompensa. Los recursos del cine le sirven a Zuno para advertir que las instituciones de justicia, puertas adentro, no son los ideales colosos sino sus escombros.

El impacto emocional de Abrir la tierra es tremendo al mostrar a otras madres como Perla viendo directamente a la cámara. El sufrimiento de las mujeres es más intenso al ser enmarcado en luces neón y se vuelve nuestro; no podemos evadirlas.


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Un abrazo de 3 minutos es un documental más reflexivo y menos narrativo. El corto retrata el momento en que familiares de ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos se reencuentran. El director Everardo González utiliza el close-up para centrarse en las personas y así comunicar que la migración es un drama primordialmente humano, aunque los medios de comunicación enfaticen su dimensión política.

Aquí la música de Amado López y Wim Mertens tiene un papel principal. La alternancia de sonidos y silencios permite una catarsis, esa misma que experimentan las familias cuando se abrazan tras un largo periodo de tiempo.

Para cerrar la terna, van un par de comentarios sobre Lorena, la de pies ligeros. Si bien la búsqueda y la migración pueden interpretarse como movimientos, en este corto el traslado es literalmente a toda velocidad. La protagonista es Lorena Ramírez, mujer rarámuri que ha ganado carreras de hasta 100 kilómetros calzando sandalias.

Lorena vive en la Sierra Tarahumara, acostumbrada a correr por pendientes montañosas persiguiendo animales. Es un mérito del realizador Juan Carlos Rulfo que la conexión con la naturaleza esté presente desde los primeros segundos. Por otro lado, Rulfo también hace buen uso de la cámara en mano, acompañando a Lorena en su trote y transmitiendo en pantalla las dificultades del terreno.

LA PALOMITA

Un abrazo de 3 minutos y Lorena, la de pies ligeros son cortos hermanos, ambos producidos por Gael García Bernal en una alianza con Netflix. La compañía de streaming buscaba historias que interesaran tanto a mexicanos como estadounidenses. ¡Convenio productivo!

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“Irresponsibility is part of the pleasure of all art” P. Kael


POB/KPM