UMA Konkon de la BUAP, la Unidad de Manejo Ambiental para la Conservación de la Vida Silvestre, cumple cinco años recibiendo aves rapaces diurnas y nocturnas que son confiscadas por autoridades federales, para su rehabilitación e integración a la vida silvestre.

UMA Konkon fue fundada en agosto de 2015 por Andrés Estay Stange, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP, donde nació Kimi, una lechuza de campanario, que ahora encabeza toda una campaña de concientización para revalorar el papel que tienen estas aves en el ecosistema, a fin de eliminar el estigma que las relaciona con creencias populares vinculadas a la muerte y la “mala suerte”.

La historia de Kimi

Acostumbrada desde que nació a la vida universitaria, Kimi participa en actividades de divulgación en escuelas, ferias científicas y talleres; no se estresa con la gente y menos con el cariño y la admiración que ha logrado por parte de jóvenes, niños y niñas que se le acercan para saber más sobre aves rapaces, diurnas y nocturnas.

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Foto: BUAP

La historia comienza hace cinco años, cuando una lechuza de campanario cayó de su nido. Fue encontrada por unas personas que la entregaron a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que la canalizó con el doctor Andrés Estay para su rehabilitación.

Aquella lechuza presentaba debilidad en los músculos porque nunca se había parado del todo ni tampoco había extendido las alas completamente. UMA Konkon hizo su trabajo y así se dio la primera rehabilitación muscular de un ave en este centro.

Posteriormente llegó otra lechuza con un ala fracturada, tras ser golpeada por un auto. Entonces ambas compartieron espacio y de esa unión nació Kimi, una lechuza hembra que representó todo un reto para su crianza, pero también una satisfacción y orgullo para este centro de conservación.

Las lechuzas, refiere el investigador, tienen la mala suerte de que son asociadas a ciertas creencias negativas, es por eso que resulta común que en los pueblos las personas las lastimen. Señala que estos animales cuando son pequeños tiene un aspecto muy peculiar, emiten sonidos que parecen gritos y además tienen un movimiento pendular en la cabeza que simula una negativa.

La peculiaridad de Kimi también radica en la fama que tiene, su actividad constante y su interacción en redes sociales le ha valido más de 3 mil amigos virtuales que responden a sus publicaciones y comentan sus actividades, enfocadas a la importancia de conservar estas especies.

40 especies libres

UMA Konkon, que trabaja en colaboración con el Hospital Veterinario de Pequeñas Especies de la BUAP, ha logrado liberar a unos 40 individuos de distintas especies, en su mayoría búhos y lechuzas.

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Foto: BUAP

Actualmente albergan a más de 60 aves de 15 especies diferentes, provenientes de los estados de Puebla y Veracruz, principalmente, las cuales han sido canalizadas a través de Profepa y bajo el registro de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

El doctor Estay Stange reconoce que uno de los principales problemas a los que se enfrentan aves las aves es la venta ilegal, uno de los negocios ilícitos más dañinos y lucrativos en todo el mundo, que anualmente amenazan a miles de especies tanto de animales como de plantas.

Andrés Estay reconoce que aunque sí se pueden tener en cautiverio a estas aves, no lo recomienda; es importante que la gente sepa que existe un mercado legal para adquirirlas y esto es importante porque es el contrapeso de la venta ilegal.

 

 

 


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