La doctora Liliana Martínez Mendieta, de la Facultad de Ciencias Químicas, obtuvo el premio IBRO Early Career Awards 2020 por parte de la International Brain Research Organization (IBRO), por el estudio del efecto de los probióticos en la patología de Parkinson.

El efecto de los probióticos en procesos inflamatorios generalizados ha sido un tema muy estudiado; sin embargo, su efecto terapéutico en la patología de Parkinson es un enfoque diferente que desarrollan investigadores de la BUAP.

Como parte de este reconocimiento, IBRO entrega una subvención de 5 mil euros con la intención de apoyar a investigadores con una carrera temprana para que cuenten con fondos complementarios para su trabajo.

Al respecto, la doctora Martínez Mendieta informó que con este recurso podrán adquirir insumos y otros equipos que se requieren para dar continuidad a su investigación, de la cual entregarán un reporte en un año.

La IBRO es una federación global de organizaciones de neurociencia que promueve y apoya la investigación del cerebro en diferentes rubros en todo el mundo, a través de financiamiento, actividades de capacitación, enseñanza, divulgación y publicación en sus revistas Neuroscience e IBRO Reports.

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Foto: BUAP

La doctora Martínez Mendieta explicó que el trabajo que presentó a IBRO está orientado en dos tratamientos. Primero, al estudio sobre los efectos del fragmento Hc de la toxina tetánica (TxTex), demostrando que el fragmento Hc-TeTx puede activar vías de sobrevivencia celular y mejorar conductas motoras y no motoras como depresión en modelos animales de Parkinson. Trabajo que ha conducido en colaboración con José Aguilera, de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Por otra parte, propuso que los lactobacilos pueden tener un efecto benéfico en la terapéutica de la prevención de la enfermedad de Parkinson. Este proyecto lo realiza en coordinación con los investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas, Isabel Martínez y Félix Luna.

También explicó que la evidencia actual indica que la enfermedad de Parkinson podría iniciar en el intestino, donde la microbiota residente podría experimentar un desequilibrio en la proporción y número de microorganismos (disbiosis), provocando eventos inflamatorios locales capaces de promover la formación de agregados insolubles de proteínas, entre estas la alfa-sinucleína, que migrarían a través del nervio vago hacia el tallo cerebral y desde ahí hasta la SNpc, provocando la muerte de las neuronas dopaminérgicas.

 

 


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