La violencia hacia las mujeres afecta también a niñas y adolescentes; que se ejerce tanto de forma física como psicológica. En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conmemorado el 25 de noviembre, es importante visibilizar la violencia sexual que se ejerce contra niñas y adolescentes.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señala que, la violencia sexual contra niñas y adolescentes deja estragos físicos y emocionales que afectan su autoestima y confianza; y puede llevar a un sentimiento de culpa a lo largo de su vida.

La violencia sexual puede tener consecuencias físicas, psicológicas y sociales graves a corto y largo plazo, no sólo para las niñas o niños, sino también para sus familias y comunidades. Esto incluye los riesgos de padecer enfermedades, embarazos no deseados, trastornos psicológicos, estigma, discriminación y dificultades en la escuela”, afirma Unicef.

Embarazos infantiles

La Unicef indica que los artículos 34 y 35 de la Convención sobre los Derechos del Niño establecen que, cada gobierno, debe proteger a los niños y niñas de todas las formas de explotación y abusos sexuales, además de tomar todas las medidas posibles para evitarlo.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura en un informe que, el embarazo en la adolescencia no solo es un problema de salud, sino también económico, pues representa una pérdida de empleos y de casi 63 mil millones de pesos en ingresos.

De la misma forma, recuerda que la prevención del embarazo a temprana edad es una cuestión de derechos humanos, “es la llave para acceder a muchos otros derechos, como el derecho a la salud, a continuar estudiando, a tener mejores oportunidades laborales, entre otros”.

En México

En entrevista con Poblanerías.com, Gabriela Rodríguez Ramírez, secretaria general del Consejo Nacional de Población (CONAPO) indicó que, en México cada año se registran alrededor de nueve mil 800 nacimientos en madres menores de 15 años.

Por lo menos, dos millones de mujeres han reportado haber sufrido violencia sexual en la infancia; de esta cifra, 27% dijo que el agresor fue un familiar y un 6% identifica específicamente a su papá como el agresor.

Es por eso que se establece el Día Nacional para Prevención del Embarazo en Adolescentes –conmemorado el 26 de septiembre– y en el 2015 se creó la Estrategia Nacional para la Prevención de Embarazos en Adolescentes (ENAPEA), donde participan 16 dependencias del Gobierno Federal.

Los objetivos principales de la ENAPEA son:

  • Reducir la tasa de embarazo en adolescentes al 50%.
  • Erradicar el embarazo y la maternidad en niñas menores de 15 años.

De 2015 a la fecha, la tasa de embarazos en adolescentes ha disminuido de 76 nacimientos a 69 por cada mil adolescentes, dijo.

Hay que entender que el tema de embarazo adolescente es un tema ligado a la pobreza. Es un indicador, entre más adolescentes y niñas embarazadas hay, expresa un nivel económico de pobreza”, expuso.

En 2020 comenzó la segunda etapa de la ENAPEA, que conserva los mismos objetivos, pero se fortaleció la perspectiva de género; con esto se busca enseñar a hombres y mujeres, incluyendo niñas y adolescentes, que la educación sexual es un derecho y tener acceso a los métodos anticonceptivos, también.

Que parte de un conjunto de derechos que incluye la libertad sexual de decidir cuándo y con quién mantener relaciones sexuales y elegir el momento en el que se quiere tener hijos.

Otro de los derechos es la interrupción del embarazo en caso de violación sexual. Gabriela Rodríguez asegura que, en todo el país, el aborto debe estar despenalizado por esta razón.

Cualquier niña, adolescente o mujer de cualquier edad, que fue víctima de violación sexual tiene derecho a la interrupción legal del embarazo y no está obligada a ir al Ministerio Público ni tiene que denunciarlo ni tiene que demostrarlo. Ante su sola palabra, tiene derecho a abortar y el Sector Salud está obligado a darle el servicio”, señala.

La Norma de Salud 046 obliga al Sector Salud a ofrecer el servicio de aborto sin denuncias; y si la víctima es mayor de 12 años, no necesita el permiso de los padres, indicó la funcionaria.

En Puebla

En 2015, la tasa de nacimiento en Puebla era de 83 por cada mil niñas y adolescentes de 10 a 18 años; para 2020, se redujo a 77 nacimientos por cada mil. En este mismo año hay registro de 200 nacimientos en madres menores de 15 años.

Lo anterior coloca a Puebla en el sexto lugar con más nacimientos en niñas y adolescentes, por debajo de Coahuila, Chiapas, Nayarit, Campeche y Michoacán.
En estos estados, Gabriela Rodríguez señala la existencia matrimonio arreglado en zonas rurales o indígenas, consideradas costumbres machistas y formas de violencia sexual.

A esto se añade el hecho de que pocas adolescentes están preparadas para la maternidad, que un número muy importante no la planeó y por lo tanto sufren un proceso de maduración emocional que aún no se ha completado.

Lee también: 4 derechos para la igualdad y empoderamiento de las niñas

Lo anterior hace de esta situación un tema de salud pública, ya que se ha convertido en un problema poblacional que amplía las brechas sociales y de género, impactando en su proyecto de vida, de educación, de salud, pero a sus derechos humanos, a su libertad y a su desarrollo como persona.

Aunque en Puebla se llevan jornadas a diferentes zonas del estado a fin de orientar a la juventud sobre su vida sexual y reproductiva, los riesgos de ejercer la sexualidad sin protección y los diferentes métodos anticonceptivos, los índices altos se mantienen.

Una investigación sobre derechos sexuales y reproductivos del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, indica que Puebla tiene los niveles más bajos de disponibilidad y calidad en servicios de salud sexual.

¿Qué hacer disminuir el abuso?

1. Creer. Es importante creer y no dudar de las niñas cuando hablan o se refieren a un abuso.
2. Visibilizar los derechos. Hacerle saber a las niñas desde temprana edad cuáles son sus derechos y enseñarles que nadie puede violentarte de esa forma. Que sepan que tienen el derecho de abortar en caso de violación.
3. Acceso a la información. Enseñarles, comenzando desde casa, acerca de la sexualidad, métodos anticonceptivos y ser abierto ante un tema importante que, por la desinformación, puede traer embarazos no planificados.
4. En caso de ser madre, padre o responsable de un varón, la importancia de educar desde niños, para evitar que crezcan en un ambiente de machismo y de violencia hacia la mujer.

La ENAPEA pone a disposición de los adolescentes y personas interesadas, el micrositio y la campaña ¡Yo decido!, en el que se puede encontrar información de interés para saber qué se puede hacer en un caso de violencia sexual a menores.

 


POB/LFJ