
Tras nueve meses de negociación, desde la salida del Reino Unido de la Unión Europea, ambas partes llegaron a un acuerdo comercial con el que sientan las bases económicas para su nueva relación a partir del 1 de enero del 2021.
Reino Unido salió del bloque económico europeo desde el 31 de enero, esto puso fin a casi medio siglo de estrechos lazos con el bloque conformado ahora con 27 países.
Esta salida fue decidida con el referendo realizado en 2016, que fue denominado brexit. El 52 por ciento del electorado decidió desligarse de Bruselas y puso en marcha su salida. Esto se basó en lo estipulado dentro del Tratado de Lisboa del 2009 con respecto a la salida de los miembros.
Desde la salida, el Reino Unido decidió apegarse temporalmente a las reglas del bloque durante el periodo de transición en el que se negociaría el acuerdo, con fecha límite al 31 de diciembre de 2020. Una vez pasando esta fecha, entrarán en vigor los impuestos a bienes y servicios.
No obstante llegar al arreglo no fue fácil, la postura del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, tiene tintes proteccionistas a favor de un mercado con barreras y del otro lado, la presidenta de la Comisión Europea la Dra. Ursula von der Leyen está a favor del libre comercio.
Uno de los primeros puntos difíciles fue cuando el gobierno de Johnson no aceptaba la intervención del Tribunal de Justicia de la Unión Europea como árbitro de las disputas comerciales.
Otro punto de fricción fue el arreglo de las dos partes sobre el sector automovilístico puesto que Gran Bretaña no cumplía con lo estipulado con Europa con las reglas de origen. A pesar de ello, se logró dar un plazo de seis años para que cumpla con el 45 por ciento estipulado y evitar los impuestos.
El acuerdo entrará en vigor el 1 de enero del 2021, se garantizará el comercio libre de aranceles en la mayoría de los bienes y se creará una plataforma que impulse las futuras cooperaciones, como el combate contra la delincuencia, la energía y el intercambio de datos.
Políticamente esto representa que las dos partes negociaron un divorcio amistoso, evitando el “brexit duro” que habría causado dificultades entre los socios comerciales y que habría repercutido en mayor medida a Gran Bretaña.
Por su parte, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria ha mencionado que el PIB (Producto Interno Bruto) del Reino Unido reducirá un cuarto por ciento más de forma acumulada durante los próximos 15 años, comparado con lo que hubiera registrado si se mantenía en la UE.
Esta negociación postbrexit cambiará la reconfiguración política, social y económica. Por parte de la Unión Europea habrá un gran desafío al perder a la segunda potencia de Europa, pero se abrirán nuevas puertas.
Esta oportunidad se verá al facilitar el surgimiento de una seguridad europea única dado que, Reino Unido representaba una gran oposición a esta iniciativa que tendrá mayores posibilidades de ser aprobada en el Parlamento europeo.
En política exterior es claro que Londres no se despegará por completo de algunas posiciones tomadas por Europa, como son los temas internacionales respecto a las relaciones con Rusia, Medio Oriente o el programa nuclear de Irán.
Reino Unido dejará el mercado único y la unión aduanera, podrá hacer sus propias negociaciones comerciales con otros países pero tendrá nuevos desafíos burocráticos para sus comerciantes que tendrán que cumplir nuevos trámites.
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