Emiliano es un niño poblano de 3 años. En septiembre de 2019, su familia recibió una noticia desgarradora, fue diagnosticado con un tumor ocular maligno, un tipo de cáncer muy peligroso por la zona en la que se desarrolló.
Inmediatamente, sus padres buscaron especialistas que pudieran realizarle una biopsia al tumor, algo que fue complicado ya que no existen oncólogos especializados en atención pediátrica, cuenta Josefina Vázquez, madre de Emi a Poblanerías.
En entrevista, cuenta que la la biopsia comenzó la etapa de quimioterapia y eliminación del tumor de la cabeza de Emi, pero el tratamiento no terminaría ahí, se necesitaba comenzar un proceso de radiación para prevenir la vuelta del tumor y eliminar residuos.
Analizaron opciones médicas para radiar los restos del tumor, barajaron las opciones de braquioterapia y la radioterapia hiperfragmentada, pero el niño no era candidato a estos tratamientos.
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Entonces conocieron la protonterapia, una terapia que permite tratar exclusivamente la zona tumoral sin irradiar el tejido sano circundante y por tanto, no produce efectos adversos. Sin embargo, en México ningún hospital cuenta con una unidad médica que ofrezca este tratamiento.

Los padres buscaron más alternativas, las más cercanas se encontraban en Estados Unidos, donde cerca de 40 centros médicos ofertan este tratamiento; pero tras recibir las cotizaciones consideraron otras opciones.
El costo de un tratamiento de protonterapia en Estados Unidos tiene un costo entre los 600 mil y 2 millones 400 mil pesos, dependiendo el hospital en el cual se trate. A este costo hay que sumarle el traslado de la familia a la Unión Americana y el costo de hospedaje y alimentos a lo largo de la duración del tratamiento.
Conscientes del precio elevaco, los padres de Emi continuaron aplicando a diversos centros médicos. Fue en la Clínica Universidad de Navarra donde dieron el visto bueno para hacer el tratamiento.
A pesar que el tratamiento en España sería menos caro que en Estados Unidos, la familia tuvo que hacer de todo para reunir el dinero: pidieron préstamos, sacaron ahorros, realizaron campañas de fondeo, juntaron tapitas y hasta rifaron el coche de un familiar, sin conseguir la meta.
Sin embargo, Niños contra el cáncer, una iniciativa de la Clínica Universidad de Navarra donó el dinero restante para acceder a la protonterapia, permitiendo a Emi tener el tratamiento adecuado.
En entrevista con Poblanerías, el doctor Javier Aristu, director de la Unidad de Protones de la Clínica Universidad de Navarra, habló sobre la evaluación y tratamiento del tumor detectado en el menor.
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Emi tenía un tumor de un músculo que mueve el ojo, que a veces en estos músculos se generan ratomiosacomas. Estudiamos su caso y lo identificamos como un paciente idóneo para este tratamiento”.
Las dos tratamientos son igual de eficaces, pero la diferencia es que la protonterapia no produce radiación dispersa en torno al tumor, lo que puede dañar otros órganos, señala el doctor Aristu.

En el caso de Emi, por la ubicación del tumor, lo pudo haber hecho perder la vista o inclusive el ojo completo, un riesgo que sus padres nunca estuvieron dispuestos a correr.
Josefina Vázquez aseguró que los últimos meses han sido complicados desde el primer diagnóstico hasta que su hijo pudo tocar la campana de los valientes:
“
Que te digan que tu hijo de dos años tiene cáncer es bastante duro, no lo esperas y la siguiente noticia que te dan es que va a perder el ojo. Son dos noticias bastante crudas que te rehusas a aceptar y no puedes digerir fácilmente”.
Emi se sometió al tratamiento de protonterapia en 28 sesiones de 40 minutos cada una, en las cuales tenía que estar anestesiado totalmente para que el tratamiento fuera efectivo.
Así, el pasado 29 de diciembre de 2020 Emiliano recibió el alta médica tocando la campana de los valientes ante todo el personal médico que le acompañó en el tratamiento que le permitirá vivir su vida sin complicaciones.
“Nosotros quisiéramos que este tratamiento lo tuviera no solo Emi, sino todos los niños que tienen este tipo de tumores. Como dice mi esposo: es más fácil traer una máquina de protonterapia a México que llevar a todos los niños que necesitan el tratamiento a España”.
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POB/LFJ