En la presa de Valsequillo, que recibe agua del Río Atoyac, se realizó un estudio que determinó que existe una contaminación de microplásticos con partículas microcargadas de toxinas que entran a la cadena alimentaria y presentan graves riegos para el medio ambiente, así como la salud humana.

De acuerdo a la Doctora Estefanía Martínez Tavera, el Decanato de Ciencias Biológicas de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) desarrolla la investigación “Microplásticos en cuencas hidrográficas: Presencia, origen, procesos de degradación y acumulación. Caso de estudio: Cuenca Alto Atoyac”, en colaboración con el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Tecnológico de Toluca y Universidad Politécnica Metropolitana de Puebla.

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No solo indagaron en el aspecto de los microplásticos, sino que también en los metales presentes en el hígado y músculo de los peces que habitan en el sitio; encontraron entonces contaminantes como plomo, cromo y zinc.

Presa de Valsequillo
Foto: Agencia Enfoque

Por las cantidades de metales tóxicos adheridos a los microplásticos en la cuenca, los peces también los tienen, lo que resulta un riesgo porque estos provocan que no alcancen una talla adecuada, además que al consumir el pescado se corre el riesgo de también ingerir el plomo y los otros contaminantes, por lo que no es recomendable.

En México de repente hacemos calditos con muchas cosas y nos comemos muchas cosas que no solamente es estrictamente el músculo del pescado…esto se vuelve un riesgo, en este caso, en la medida de que se consuma frecuentemente, porque tiene fuerte presencia de plomo”, explicó la doctora.
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La presencia de microplásticos

Los microplásticos, según explica la doctora, pueden ser primarios o secundarios. Los primeros son producto de artículos como exfoliantes, mascarillas, pasta dental, jabones, fibras sintéticas de la ropa, entre otros, y los segundos son provocados por la degradación; ya sea por fricción eólica o solar que se produce en el plástico.

Tienen la característica de un tamaño menor a 5 milímetros, es decir que son muy pequeños, pero no tanto como los nanoplásticos que prácticamente son partículas.

Por su pequeño tamaño, no pueden ser eliminados por los sistemas de filtración de aguas residuales, por ende terminan en ríos y océanos, donde son ingeridos por peces y otras especies.

En este caso, la presa Manuel Ávila Camacho conocida como Valsequillo, es la parte final de la Cuenca del alto Atoyac y sirve como receptor de contaminantes y de todo lo que desechamos en los ríos, entonces todo lo que no se dispone de manera adecuada también va a dar a la presa, entonces ahí encontramos la realidad”, añade la doctora.

Para evitar la contaminación es importante evitar usar plásticos de un solo uso, con medidas como utilizar botellas y recipientes propios e incluso bolsas de tela.

Continuará el estudio en patos y vacas

La doctora Estefanía informó que permanecerá realizando la investigación con otras especies, como patos y vacas, pero cuidando no lastimar a ninguno de estos.

En el caso de los patos, indagarán en el contenido del sistema digestivo, sangre y plumas, lo que les permitirá observar los microorganismos patógenos. Mientras que a las vacas se les hará una colecta leche para analizarla.

Lo que tenemos ya es montado técnicas, metodología para no lastimar en este caso a los animales, estamos en fechas ya muy próximas precisamente para obtener nuestras muestras”, asegura.

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POB/KPM